Era un domingo por la tarde, y estaba sola en casa.
A las 9:27 llegó un paquete, nadie había comprado nada, pero me dió curiosidad y lo abrí, parecían unas alas blancas, como si fuesen las de un ángel, sin dudarlo un instante me las adherí a la sudadera, esta se limpió completamente, las alas la atravesaron, y se clavaron en mi espalda, haciéndome soltar un gemido de dolor.
Tras esto, me sentí más ligera, pensé que ahora las alas pertenecían a mi cuerpo.
-¿Eso significaba que podía volar?- Fue la pregunta que me hice, y lo comprobé, salí a la calle, y, así fue, pude volar.
Me acerqué al balcón de María volando, la invité a bajar conmigo.
Ella, bastante sorprendida, y, tras muchas preguntas accedió a dar un paseo por Madrid.
Al final del paseo, era de noche, y hacía frío, eran, exactamente las 11:25 así que fuimos a mi casa y dormimos arropadas por mis alas blancas.
Tras de levantarnos, me dió un beso en la boca, me dió las gracias, me dijo te quiero.
Y yo accedí a llevarle a su casa volando, llegamos a su casa, la dejé allí, le di otro beso, y me fui, no sin antes agradecer su compañía.
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Sueños
FantasyEsta historia contendrá fragmentos de una vida perfecta, para mí, si algo no tiene mucho sentido, no tengas problema en comentármelo, y lo cambiaré sin problema