Naruto x One Piece

-4-

Los personajes de esta obra no me pertenecen a mi, sino a Masashi Kishimoto y Eiichirō Oda.
Por favor recuerden votar positivamente en los capítulos, aunque sea un solo voto me anima a seguir escribiendo mas.
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Perdón por no publicar, tenía dificultades con el internet entre otros problemas.
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A pasado tiempo desde el intento de suicidó por parte de Naruto. Aunque al principio entró en una gran depresión debido a todo lo que a ocurrido en los últimos días, causando que no comiera como antes, ni siquiera su preciado ramen pre-preparado. Más bien al pensar en ramen, pensaba en el antiguo local de Ichiraku Ramen anteriormente entendido por el viejo Teuchi y su hija Ayame. Le llegaron recuerdos de los momentos que había pasado ahí, ya sea las veces que comía con Iruka después de la academia, cuando comía con el equipo 7 después de entrenar, los intentos de quitarle la máscara a Kakashi invitándolo a comer pero por coincidencia algo siempre terminaba ocurriendo, frustrando sus planes.

Kurama siempre intento subirle el animo a Naruto aunque no siempre lo lograba no se daba por vencido. Y cuando el zorro de las nueves colas se preguntaba porque se preocupaba tanto, culpaba a contenedor por hacerlo tan blando. Causando la risa de sus hermanos bestias con colas.

Naruto actualmente caminaba por la antigua Aldea de la hoja, lugar donde habitaba la voluntad del fuego, la cual era enseñada de generación en generación.

Camino al rededor de los distritos de los clanes, incluso entró en algunos de ellos como lo era el Senju, el Nara y el Hyūga. Camino por el distrito comercial viendo varias tiendas y buscando unos que otros suministros consumiéndolos antes que se dañaran. Pasó por la montaña hokage y sentándose sobre la cabeza de su padre pensó durante mucho tiempo hasta que rompió a llorar.

Naruto había desarrollado El síndrome del superviviente o culpa del superviviente, el cual es  una condición mental que ocurre cuando una persona siente que ha hecho mal al sobrevivir un evento traumático cuando otros no lo han logrado, siendo este relacionado con un TEPT o trastorno de estrés postraumático.

Cuando anocheció Naruto sin saber que hacer se dirigió al edificio del Hokage. Al llegar a la amplia oficina fue y se sentó detrás del escritorio y se quedó viendo hacia la puerta que tenía al frente.

-Tanto esfuerzo y al final de todo nunca podré ser Hokage, digo, no creo que siendo el único sobreviviente haya algo a lo que pueda cuidar o proteger- Dijo Naruto para después quedar en silencio esperando la respuesta de Kurama.

-Naruto...yo...- A Kurama se le hacía difícil saber que decir -Yo no se que hacer Naruto, por primera vez en cientos de años no se que hacer- declaró Kurama.

Antes que Naruto pudiera haber comentado la respuesta de Kurama, este último continuo -Pero lo que si se, y fue algo que aprendí de ti durante estos años, es que nunca nos vamos a dar por vencido, nunca-.

En eso Naruto se levanta del escritorio y dice -Lo se Kurama- Dijo mientras se pasaba la mano por el cuello. Aunque Kurama había curado el 87% del daño que hizo la soga a su cuello, Naruto no quiso que eliminara la poca cicatrización que le quedaba en la zona izquierda de su cuello, ya que para el era un recordatorio de que no intentara semejante estupidez nuevamente.

En eso se para enfrente las fotografías de los Hokages, mientras las apreciabas desde el primer Hokague hasta el quinto. Cuando pasó su mano por el retrato del Tercer Hokage, aquel que consideró su abuelo hasta el final de sus días, recordó los momentos de su infancia en donde cuando otros lo ignoraban por su condición, el nunca lo hizo y siempre había lo mejor por el. Cuando llegó al cuarto un sentimiento cálido salió en su corazón cuando recordó el encuentro que tuvo con su padre y como este le dijo que su madre el siempre lo amaron. Y por último al llegar a la foto de su obssan, bella como siempre, al verla una sonrisa involuntaria se reflejó en su rostro y una lágrima salía de la comisura de su ojo derecho. Con su único brazo fue acarició el retro mientras recordaba sus momentos con aquella, que aunque no se lo decía con frecuencia, fue la figura materna que siempre deseó tener.