El amanecer de nuevo llega.
Siempre me pregunto: ¿Alguien sabe qué pasará mañana?
—¿Sabés? No puedo estar sola, porque estás en mis recuerdos.—No me miras, parece que las palabras se han dicho, ya esto se ha hablado al menos más de una vez—Mírame, si aún lo piensas, esto es una locura, dejemos todo, para nunca volver
Tal parece que me aventure demasiado al pensar en el futuro… ¿Porqué no dices nada?
—Créeme, tú todavía me importas Mikasa, incluso ahora…
Mis lágrimas empiezan a rodar por mi rostro— perdóname, soy una llorona, solo quédate conmigo y piensa en mi una última vez.
Tomaste mi rostro y me limpiaste aquella lágrima, el día que te ví por última vez.
Tantas letras que me imaginé escribiéndote, ¿Estarás bien?, ¿Aún piensas en mí?, pero ya estoy agotada, tú nunca me escribiste, creí que no podría esperar más de ti.
¿El consuelo?... ¿Consuelo?... ¿Cómo decirlo?, el tiempo de alguna manera pasará, pero el futuro es incierto, porque nunca se olvida algo tan fuerte como la noticia de aquel día.
"Levi Ackerman a muerto."
¿Por eso no querías estar conmigo? ¿No querías hacerme sufrir?, Maldito, creeme, en verdad creeme que me importas, me importas incluso ahora, más ahora…
—Mikasa, Mikasa… ¡Despierta!
Abruptamente me levanto de la cama, te miro a los ojos, ¿Eres tú?, La calidez de tu rostro me lo recuerda… sí eres tú.
—¿De nuevo esa pesadilla?—Te abrazo, me abrazas, me duele tanto el pecho. Me consuelas, me hablas de amor. —Aquí estoy Mikasa, siempre estaré contigo, nunca lo olvides.
Me tomas del mentón para depositarme un beso, un beso tan tierno, con el cuál nuestra pasión se intensifica, el beso quema, la excitación es inmensa que no podemos evitarlo, tu lengua pasa por mi cuello, para deleitarme y yo lo disfruto, tus manos juegan en mi piel y encuentran mis senos, los cuales acaricias y masajeas a tu voluntad.
Ardor....
Tu labios se depositan en mis pezones, los succionas, los disfrutas y yo me deleito con tan solo el rose de tu mirar.
Mírame, mírame siempre, hasta cuándo me haces el amor.
Desnuda, tomas tu pene y lo encajas fuertemente en mi vagina, lo envuelvo, lo estrecho entre mis paredes y te pido, te exijo que me hagas tuya.
Rítmicamente me das estocadas que me elevan al cielo, embestidas que se graban en mis entrañas, mi sexo se humedece al sentir tu pene, una, otra y otra vez en mi. Más, cogeme , todo el día, toda la noche de ser necesario. Esto puede que sea el cielo, o el mismo infierno de sentir tanto placer lleno de lujuria. Una última embestida y bajas el ritmo, el placer es inmenso que no perdemos detalle, el correr de nuestros cuerpos nos abraza, para de nuevo terminar viéndonos a los ojos.
"Te amo..."
Cálido, como la última vez, mientras de nuevo despierto, abrazando la almohada, mirando el anillo que adorna mi dedo, mientras me ahogo en mis lágrimas.
Todo es solo un sueño, eso no se puede cambiar, porque hoy es demasiado real.
No, ni la muerte nos va a separar.
Dónde quiera que estés…
Te amo Levi Ackerman.