Me sentí nerviosa cuando el teléfono sonó. ¿Quién podría ser? Respondí la llamada. Era una voz baja susurrando. Pienso que fue la voz de una chica. La chica me dijo que fuera a la azotea inmediatamente.
Fui, sintiendo el miedo apoderándose de mí. Era la cosa más terrorífica que me había pasado. Ni si quiera se por qué hice caso en vez de llamar a la policía.
En la azotea había una chica sonriéndome. Al principio no la reconocí, luego me di cuenta de que era mi amiga. Escuché que había muerto semanas antes. ¿Por qué estaba ella aquí?
"Gracias por ser mi amiga" dijo. Después de eso, desapareció. Dejándome con la duda de cómo murió, sin haber podido tener oportunidad alguna de preguntarle.