único.

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La noche anterior durmió bajo un calor intenso de manera que no necesitó alguna sabana para cubrir su cuerpo con nula vestidura. De milagro al amanecer la calidez seguía ahí; como era costumbre desde hace unos años estiró sus extremidades y después de bostezar sonrió. Le esperaba un día productivo con TaeHyung, su novio.

Conoció a TaeHyung en su peor momento, durante sus veinte años. Él realmente fue como un ángel que le ayudó a ser valiente ante las trampas de la vida, le mostró un mundo en donde la perseverancia siempre obtenía una recompensa, TaeHyung fue cómo un rayito de Sol en su vida, con sus palabras y promesas qué ayudaron a formar su mundo perfecto a base de ellas.

Dejó de lado los recuerdos de su pareja al levantarse de la cama con pedadez, caminando casi desnudo por su pequeña y ordenada habitación, algo austera, pero suya a fin de cuentas; claro que no puede quejarse porque todo el dinero que ahorra al vivir en un lugar tan barato se encuentra en una cuenta de banco, lista para ser saqueada cuando él y su novio decidan vivir juntos. Si tomarán ese dinero justo ahora tendrían demasiado proveniente de sus cinco años de relación. El dinero no estaría allí desde hace mucho tiempo de no ser por el país tan anticuado en que viven, de ser tema de ellos ya se hubieran casado e ido a vivir juntos desde hace mucho. También de no ser por su propia familia, ésta siempre ha demostrado el repudio por su relación.

Sacude suavemente la cabeza cuando la misma se llena de pensamientos negativos. Luego de aquello se motiva a darse un baño rápido antes de salir, lo hace relajado para que dentro de quince minutos ya esté saliendo de su pequeño apartamento en camino a donde habían quedado para verse y en camino se toma el atrevimiento de comprar un flor que le recuerda a TaeHyung: no tan ostentosa y hermosa.

HoSeok muy emocionado camina más rápido hasta que consigue llegar a su destino, se queda esperando pues TaeHyung desde la casa de su madre aún no quiere levantarse.

Encuentra seguridad en su viejo colchón, lugar que está lejos del mundo en donde debe tomar decisiones que afecten su futuro. También tiene ojeras muy notorias pues sus horas de sueño se vieron reducidas a treinta minutos por la madrugada antes de despertar con una pesadilla que aumentó el miedo de sus actos.

Se siente aterrado y miserable porque sus ideales que le tomaron mucho tiempo construir se cayeron hace un par de meses al momento en que los padres de su novio tuvieron una plática con él sobre su relación y la manera en que les afectaba como figuras públicas que eran. Hace un mes dejó de comer adecuadamente y hace más de dos meses en un día como hoy lloro como nunca lo había hecho.

Se hunde más en su desgracia al pensar que dentro de poco toda su vida feliz llegara al final.

Mira el reloj que cuelga de su pared e indica son las diez de la mañana con catorce minutos. Suspira y reúne todo su valor para levantarse de su lugar seguro. Trata de mantenerse positivo aunque hace mucho dejo de hacerlo. De cualquier manera hoy se vería con la persona que más ama en el mundo.

Le pidió a HoSeok un día completo para estar con él y no debe desperdiciarlo, por ello se viste rápidamente con un suéter que fue un regalo del primer mes con unos pantalones sueltos. Se mira al espejo una vez terminó de arreglarse un poco. Lo que mira en su reflejo no es él, posiblemente sea un TaeHyung de otra realidad porque lucen totalmente diferentes. El Kim del espejo es muy delgado, tiene el cabello descolorido, los ojos hinchados y rojos; mientras que el TaeHyung real es algo rellenito, tiene un cabello color cereza y además se ve vivo, feliz. Las ganas de llorar lo invaden nuevamente al verse tan deteriorado, al entender que el Tae del espejo es la misma versión del Tae real.

Ante todo no puede permitir que su rayo de Sol lo mire así y se maquilla suavemente con algunos maquillajes que toma prestados de su madre. Dando como resultado un poco de vida a su cara.

𝐒𝐮𝐧𝐬𝐡𝐢𝐧𝐞 ¦🍒 𝐕𝐡𝐨𝐩𝐞 𝐨𝐬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora