Capitulo 2.

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Al día siguiente fui a casa de Suzume, estaba un tanto nerviosa ya que no sabía que me podía encontrar. Entré a su casa y subí directa a su cuarto, ella estaba sentada en la cama con una leve sonrisa.

-Pasa, mira lo que tengo aquí.

Encima de la cama había unos yukatas muy bonitos, uno era lila claro con serpientes y con unos cortes en la parte inferior de la prenda que permitía ver las piernas al moverse. El otro era rojo con rosas negras y con las mismas aperturas.

-Que bonitos- dije ¿son para tí?

-Solo uno, el otro será tuyo, hoy los vamos a estrenar y vamos a llevar esto debajo. De un cajón sacó unos corsés, uno era negro con encaje lila y el otro rojo con encaje negro. -Co-como y ¿para qué vamos a llevar eso?- dije.

-Esto es como un arma para una mujer, si algo temen los hombres es a una mujer segura de sí misma y sexy. Y hoy voy a enseñarte como debes de demostrar lo sexy y segura de ti misma que eres. Así que desnúdate y ponte uno de los dos, pienso que el lila te quedará mejor, eres demasiado pálida para el rojo.

-Pe-pero eso es muy atrevido.

-Vamos desnúdate, hemos de llegar pronto.

Comencé a desnudarme con un poco de vergüenza, solo mi madre me había visto desnuda, no me consideraba atractiva, más bien ni tan siquiera había pensado en esas cosas. Solo me había centrado en estudiar mucho.

-No tienes mal cuerpo- dijo Suzume mirándome de arriba a abajo, no tienes muchas curvas ni eres alta, pero tienes un cuerpo armonioso y elegante.

Salimos de su casa y fuimos directas al centro donde estaban la mayoría de bares y restaurantes.

-¿Qué hacemos aquí? la mayoría de estos sitios son para adultos. Además, no nos van a dejar entrar en ningún lado.

-Tú solo sígueme.

Con cierto miedo seguí sus pasos, nos adentramos en una especie de dulcería donde había muchos hombres de unos 18-20 años bebiendo y comiendo dulces. Nos sentamos en una mesa para cuatro y a poco después de pedir nuestra orden se nos acercaron dos hombres. Uno era alto, rubio y con los ojos azules y el otro era castaño con los ojos color miel, pidieron permiso para sentarse con nosotras. El primero pareció tener interés en Suzume ya que le invitó a unos dulces y el castaño tenía los ojos fijos en mí,debió confundir mi edad ya que quiso invitarme a sake. Me negué y traté de seguir las instrucciones que me había dado Suzume, parecer no estar muy interesada, pero a la vez mantener el contacto visual y rozarlo "sin querer" en algunos momentos. Pero era incapaz, estaba demasiado nerviosa e incómoda, no podía evitar sentirme cohibida ante aquellos hombres asique me disculpé y puse de excusa que necesitaba salir a la calle a tomar el aire. Cuando ya llevaba un par de minutos respirando aire fresco sentí que alguien me estaba mirando, me giré y pude ver a Aoba, Raído y Genma observando.

-¿Llevas maquillaje? me dijo Aoba- Me sonrojé y llevé la mano a mis labios pintados con pintalabios rojo sangre.

-Esto parece caro-dijo Genma tocándome el yukata y dándose cuenta de que tenía unas altas aperturas a los lados.

-Con esto no vas a poder entrenar hoy.

-¿Cómo? mierda había olvidado nuestro entrenamiento.

-Ya veo, ¿con quien has quedado? casi pareces otra persona.

- Y a ti que te importa- dije alzando mi barbilla dolida y avergonzada por ir tan arreglada.

-A mi nada, pero a ese tío que no para de mirarte supongo que a él sí le importa.

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⏰ Última actualización: Mar 21, 2021 ⏰

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