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Cuando Danielle Randolph entro a la escuela primaria de inmediato supo que no era para ella. A diferencia de sus mejores amigos Hunter y Claire, Danielle siempre supo que no era lo suficientemente inteligente como ellos en la escuela pero solo en eso, porque cuando se trataba de otras cosas Danielle era muchísimo mas astuta que sus amigos.
Solía reprobar en la mayoría de sus clases, la primera vez que lo hizo iba en noveno grado, su madre acababa de fallecer y Danielle usó eso a su favor para justificarse aunque la realidad era que odiaba tener que estudiar y poner atención en clases, ella fracasaba constantemente.
Cuándo cumplio 11 años tomo la decisión de no entrar a la universidad, lo cual preocupo mucho a su padre tomando asi la decisión de mandarla a un internado en Italia.
Cada vez que en su institución hacían reuniones o festejos Danielle observaba a cada uno de los hombres que se encontraban allí, siempre le parecio extraño que los chicos de su edad no le parecieran atractivos y creyo que tenia un problema, luego entendio que le gustaban los chicos mayores.
Pero no demasiado.
No le gustaban los de 40, le hacían recordar a su padre. Si no mas bien le gustaban los de 20 y que estuvieran en la universidad.
Y cuándo su cuerpo por fin llego a desarrolarse lo suficiente para que ellos la observaran, logró salir con 3 universitarios distintos. Ha ellos no les importaba tanto que fuera menor, de hecho les gustaba. Las primeras citas Danielle los escuchaba hablar de lo que estaban estudiando y como se veian en un futuro y a ella le gustaba que lo hicieran.
Tenía miedo. Miedo de no encontrar alguien que la amara y la tratara bien, era consiente de que los chicos ya no eran dulces ni tiernos como en los años 50. Se negaba vivir la misma vida que su padre.
No quería despertar en 20 años con alguien que bebiera alcohol todos los días, que fuera demasiada atractiva para los hombres y que no pudiera mantener un trabajo estable.
Su padre sabia lo que hacia y probablemente otro padre hubiera castigado a su hija por salir con hombres mayores pero Paul Randolph conocía a su hija, sabia que aún no maduraba. Queria creer que dejándola salir y hacer lo que quisiera ella misma maduraría y llegaría algún dia a casa diciéndole que estaba lista para dar el siguiente paso a lo que se supone que es la vida.
Pero Danielle no tenia inencion alguna de hacer eso. Solo quería encontrar al hombre correcto que le pudiera garantizar una vida sin preocupaciones.
Nunca creyó que al volver a su pueblo natal conocería a cierta chica eufórica que pondría su vida de patas arriba.
Ella no tenia ningúna similitud a sus gustos habitualmente, pero a Danielle no le importó, de hecho creyó que Max podía ser su mitad.
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