Despensa vacía

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Nota.
Esta escena sucede cuando Gradient y Paper Jam tenían unos cinco años.

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Nada mejor como un día tranquilo sin salir de casa, la boca se le hacía agua con sólo imaginarse devorando un desayuno decente, pero antes debía despertar a sus hijos aunque probablemente Paper Jam ya estaría molestando a su hermano desde hace horas. Ink seguía dormido así que cariñosamente le puso una almohada en el rostro aplicando fuerza impidiéndole respirar mientras el pintor comenzaba a manotear luchando por oxígeno, cuando sintió que era suficiente lo dejó en paz.

- Tengo hambre. Alimenta mi bello cuerpo.- Exigió mirando al contrario jadear para recuperar el aliento pero a los pocos segundos se desató una guerra de almohadas.

Gradient se había levantado siendo atraído por el bullicio y encontrando a sus padres sobre la cama luchando con las almohadas, era algo raro llegando a parecer que los papeles de padres e hijos estaban invertidos. Cuando finalmente acabaron su papel de la mañana Ink cargó al niño llevándolo consigo a la cocina pero había un ligero... gran problema, no había nada para comer, la despensa estaba completamente vacía, debía ir de compras urgentemente ya que la comida era una de las pocas cosas que no podía hacer con pintura, acostumbraba a abastecer sus necesidades en tiendas de la superficie para evitar ser reconocido pero ese día quería hacer algo diferente y un rato más tarde muy a regañadientes convenció a Error de acompañarlo con los menores.

Ambos niños estaban emocionados por ver muchos humanos y monstruos desconocidos pero en especial se sintieron ansiosos por ver tanta comida en las estanterías, apenas habían entrado y Paper Jam estaba a punto de abrir un frasco, su labor se vió interrumpida por el destructor tomándolo de ambos brazos y alzándolo para quitarle el envase.

- Rompe algo y te cuelgo de cabeza dos horas.- El pequeño de manchas rosadas optó por regresar el frasco a su lugar, no le convenía hacer enojar al glitch.

Error conocía a sus hijos y sabía de sobra que Paper Jam era un experto generador de problemas, por ello tiempo atrás había inventado una manera de tenerlo siempre cerca y eso simplemente consistía en amarrarlo con sus hilos haciendo una especie de correa para llevarlo de un lado a otro evitando muchos destrozos, el menor detestaba ver como su libertad era limitada a un área reducida en la que Error nunca le despegaba la mirada de encima, lo peor es que Gradient iba caminando libremente por donde quería y a él no lo ataban como a un perro, lo único que se le ocurrió fue fingir demencia para que lo desamarraran.

- Mamá me duelen los pies.-

- Ni siquiera hemos caminado diez minutos.-

- Quiero ir en carro.-

- Estás muy gordo para ir ahí.-

- Pero soy un esqueleto, no puedo estar gordo... cárgame.-

El esqueleto oscuro suspiró derrotado, Ink se había perdido en los pasillos buscando quien sabe que cosa y no había vuelto, al final desató al niño y lo puso en el carro de compras pero ahora Gradient exigía estar arriba también, momentos después el esqueleto oscuro iba con los dos niños dentro del carro mientras leía la lista de compras e iba tomando las cosas dando alguno que otro manotazo a los esqueletos pequeños cuando les veía toda la negra intención de querer comerse algo sin importarles un comino que estuviera crudo. Momentos más tarde el pintor hizo presencia después de olvidar en que zona estaba y tener que recorrer toda la tienda para encontrar al glitch, caminaron juntos por un trayecto no muy largo hasta que Ink encontró un monitor con cámara para ver a los clientes pasar y sin pensarlo tomó a Paper Jam haciendo que el menor apareciera en la pantalla mientras se reía por ver al más pequeño confundido ante su propia imagen.

Una vida "normal"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora