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Narra Raymond

Llegué al hospital y bajé del auto, entré corriendo y busqué la recepción para preguntar sobre Wendy, estaba bastante nervioso y preocupado ya que no quiero perderla y además debo arreglar las cosas con ella.

Llegué a recepción y ahí estaba una enfermera así que me acerqué algo desesperado he hice que me mirara.

Raymond: disculpe ¿sabe algo sobre la señorita Wendy Feliciano?. Digo preocupado.

La enfermera no me dijo nada pero en eso un doctor se acercó a mi y me miró algo triste.

Doctor: buenas tardes, escuché que está buscando información de la señorita Feliciano. Dice serio.- ¿qué es usted de la paciente?.
Raymond: soy..., soy su novio y bueno estábamos por casarnos en algunas semanas pero por favor dígame ¿cómo está ella?. Digo nervioso.
Doctor: le seré sincero y señor, la paciente sufrió un accidente el cual por el impacto del choque sufrió politraumatismo de cráneo, además perdió mucha sangre y tiene varios huesos rotos, lamento informarle que posiblemente ella no sobreviva. Dice triste.- estamos haciendo todo lo posible para que no muera pero necesitamos un donante de sangre urgente.
Raymond: ¿y yo podría ser ese donante?. Lo miro.
Doctor: antes deberíamos hacer un examen y estar seguros que su tipo de sangre sea compatible.
Raymond: estoy dispuesto a lo que sea doctor pero antes ¿puedo pasar a verla?.
Doctor: claro, acompañeme. Afirma.

El doctor me guió hacia terapia intensiva y ahí en una de las primeras habitaciones me dejó entrar, cerré la puerta y me acerqué a ella lentamente y de tan sólo verla tan lastimada y conectada a tantas máquinas me destrozó el corazón.

Tomé su mano mientras mis ojos se llenaban de lágrimas, quiero que esté bien y realmente estoy dispuesto a lo que sea para salvarla, no me importa donar hasta mi última gota de sangre sólo necesito tenerla a mi lado. Mientras contemplaba su rostro sentí que se movió y empezó a despertar de a poco, cuando me miró una pequeña sonrisa se dibujó en su cara y luego con dificultad se quitó la mascarilla de oxígeno.

Wendy: Ray..., viniste. Sonríe con dificultad.
Raymond: no hables mi angelito, ya verás todo estará bien...
Wendy: no, ya no hay necesidad de salvarme. Me mira.- mi momento a llegado.
Raymond: no digas eso, yo haré todo lo posible para que estés bien. Empiezo a llorar.- oh mi angelito, por favor perdóname por todo lo que te hice, no fue mi intención herir tus sentimientos pero el rencor que había en mi corazón me cegó y no supe lo que hacia. Digo llorando.
Wendy: Ray.., no llores, sabes que nunca me a gustado verte llorar. Pone su mano en mi mejilla.- pero es obvio que te perdono. Sonríe.- la que tiene que disculparse soy yo, lamento si me interpuse en tu relación con Samantha, lamento si tu familia te abandonó por mi culpa, nunca quise hacerte daño. Empieza a llorar.- pero ahora pago mi condena por todo lo que hice y también por haber cometido el error de haberme enamorado de ti Ray...
Raymond: no, tú nunca me hiciste daño y tampoco cometiste un error...
Wendy: tú siempre tan optimista, es algo que siempre te a caracterizado, pero al parecer este fue nuestro destino, ser solamente amigos. Se queja y empieza un ruido molesto
Raymond: Wendy...
Wendy: Ray..., lo único que quiero es que seas feliz. Respira con dificultad.- haz tu vida con ella y que todo sea felicidad para ti y tu futuro...
Raymond: no Wendy ¡no me dejes!. Digo llorando.
Wendy: te amo Raymond..., te amo. Dice sus últimas fuerzas.

Ella antes de cerrar sus ojos sonrió y dejó caer lentamente su mano, entonces ahí fue donde la máquina de su pulso ya no recibía nada.

Raymond: no Wendy ¡despierta angelito!. Grito llorando.

Intenté hacerle reanimación como fuese posible pero no funcionó así que fui por un doctor rápidamente, luego de que llegara le hizo electroshock pero lamentablemente ya era demasiado tarde, el doctor me miró triste y yo tan sólo caí de rodillas ante la camilla mientras las lágrimas caían por mis mejillas.

Siempre Creeré En TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora