Me reúno de valor para decirle lo que he sentido y llevo sintiendo desde que estoy con ella.
—Rebecca, una cosa...—empiezo—al verte y estando contigo he sentido algo raro, creo. A lo que me refiero es que siento como mariposas en el estómago, pero no se que quiere decir—le digo muy nerviosa.
—Yo también lo he sentido y lo siento ahora mismo, según mi experiencia suele ser por nervios o por—se aclara la garganta—amor, aunque no creo que sea por eso—añade seguido de una sonrisa nerviosa.
Rebecca es dos años mayor que yo, pero me cae genial, me ha parecido exactamente igual que en las videollamadas que hacíamos cuando no podíamos vernos en persona.
Sobre las seis menos diez me voy a mi casa y llego justo en punto. Le enseño las galletas a mi madre y Oli se come una. Decido hablar con Oli sobre lo que he sentido al ver a Rebecca ya que mi hermana y yo no tenemos ningún secreto. Me dirijo a su habitación y llamo a la puerta:
—¡Pasa!—grita mi hermana y entro y cierro la puerta.
—Hay algo sobre lo que quería hablarte...—le digo nerviosa—es sobre Rebecca, mientras hablamos puedo ayudarte a montar eso—me ofrezco.
—Aria, ya sabes que puedes contarme lo que sea, así que desembucha que me tienes en vela—me dice riendo.
—Vale, vale—me aclaro la garganta y me lanzo, ¿por qué era tan fácil con Rebecca si no la conozco apenas?—el caso es que al verla por primera vez he sentido como mariposas en el estómago, se lo he dicho a Rebecca y ella también lo ha sentido, pero me ha dicho que eso solo puede ser por nervios o por amor, pero hemos descartado la última—le explico.
—A ver, desde mi punto de vista, no creo que sean nervios ya que lo hubieses sentido desde que sabias que ibas a verla. Estás en una edad de probar así que yo te animo a que te lances, solo sabrás si es amor si lo pruebas—me dice.
—Pero yo no puedo traicionar a Hugo, él es mi novio, y yo le quiero—digo confusa.
—No hay ninguna necesidad de que traiciones a Hugo, habla con él sobre ello, es lo mejor—añade—lo único malo lo veo en papá y mamá—me dice.
—¿Y eso por qué?—le pregunto. Ahora si que estoy perdida.
—Verás Aria, hace dos años me enamoré de una chica del cole, estuvimos juntas en secreto por miedo a lo que la gente dijese, pero un día mamá nos pilló en mi habitación a punto de hacerlo—dice y sé perfectamente a que se refiere—hablé con ella y me dijo que no se lo contase a nadie ya que desde su punto de vista es algo malo.
Después de la confesión de mi hermana me quedo sin palabras. No sabía nada de esto, y no quiero ni imaginar lo mal que lo tuvo que pasar. No pensaba que mis padres fuesen homófobos, tampoco había surgido el tema, pero ahora que lo sé, mi forma de verles ha cambiado. No sé que hacer, necesito seguir el consejo de mi hermana y saber si ese sentimiento es amor, es lo que yo necesito.
—Vaya Oli, no sabía nada de eso, lo siento muchísimo. Después de lo que me has dicho no sé si investigar sería algo malo, no me gustaría dejarme llevar por lo que diga mamá ya que yo decido sobre mi vida amorosa—respiro—No sé si debería decirle a Hugo que nos tomemos un tiempo, ¿ni si quiera llevo un día aquí y ya voy a cortar con él?—mi cabeza está que explota.
—Mira, mi mejor consejo es que hables ahora con él tranquilamente, tienes toda la noche para pensar y así mañana lo verás todo más claro—dice en tono comprensivo—no tienes por que decir que eres bisexual o lo que seas porque eso son simples etiquetas, tú simplemente presentas a tu pareja igual que hiciste con Hugo, ¿a qué no le dijiste a mamá que eras heterosexual?—me pregunta.
—No ¿por qué iba a hacerlo?
—¿Y porque deberías decirles que eres homosexual? Eso son simples etiquetas, y por nada del mundo digas o te sientas rara, eres igual e incluso mejor que los demás—me dice y me abraza—y ahora ve a hablar con Hugo, sé comprensiva.
—Muchas gracias—digo casi llorando tras sus palabras—luego te cuento—digo y salgo de la habitación.
Al salir de la habitación me seco las lágrimas y me voy a mi habitación. Para tener privacidad cierro la puerta y por muy asustada que esté me armo de valentía y llamo a Hugo. Lo coge al primer tono y cada vez estoy más nerviosa.
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El día que te amé
RomanceAria, una adolescente de 15 años se muda a Málaga, donde conoce a Rebecca. el primer instante en que se ven saben que están enamoradas. Pero su historia de amor va mucho más allá de un amor adolescente. Cambios, llantos, risas, todo tiene cabida en...