Prólogo

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Cuando la conocí sólo quería hacer lo que la mayoría de idiotas hacen con las chicas, pasar una noche con ella y seguir con mi vida, claro está que como el típico cliché empecé a interesarme en ella, querer pasar tiempo con ella, mis labios ansiaban los suyos, mi cuerpo extrañaba el suyo.
Al principio no era capaz de poner un nombre a la necesidad que ella me creaba, luego comprendí que estaba enamorado, que mi felicidad era plena si ella sonreía, reía. Me llenaba de orgullo y de amor cada vez que ella confiaba en mi o simplemente elegía estar conmigo.
Para ser sinceros si alguien como ella llega y te entrega su tiempo, su confianza, sus labios, sus besos, sus sonrisas, sus caricias y su corazón, significa que estas en el maldito paraíso.
Pero yo soy demasiado estúpido y la he fastidiado, ella me necesitaba y yo como un cobarde me fui, ese es mi mayor error y nunca me lo perdonaré.
Todo en esta vida tiene su final, en cada historia puede ser un final distinto ya puede ser feliz o puede ser triste y en este caso esta por ver porque yo no me voy a rendir y espero que ella vuelva a apostar por mi.

Gracias a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora