|| Prefacio ||

17 6 4
                                    



Corro sin parar, ya no puedo respirar bien.
Pare en secó, caí de rodillas y empecé a llorar; no podía creer lo que hizo mi familia.
Escuché a lo lejos que veían los guardias del palacio con sus caballos a toda velocidad.
Cuando volteó hacia arriba, sacan una katana y....

La princesa de China ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora