Capitulo 1

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Un día como otro en Nueva York, son las 7:30 de la mañana y sé que Alice me va querer matar pues ya llevo 15 minutos de retraso, se supone que tenía que estar en la empresa a las 7:15 para poder alistarnos antes de una reunion muy importante con unos alemanes para desarollar nuevos chips para sus autos, sé que es muy importante pero no me ayuda que mi alarma se haya desactivado, tampoco me ayuda que el auto amarillo de enfrente de mi esté siendo conducido literalmente por una anciana que va fumando un cigarrillo mientras escucha a Snoop Dog a todo volumen con lo que parece una banda Mexicana. Alice ha de estar muy furiosa y lo puedo asegurar después de 10 llamadas perdidas y 2 mensajes sin contestar que pregunta dónde demonios estoy. Después de lo que parecen los diez minutos más eternos, 5 luces rojas, una ambulancia, un policía persiguiendo a un ladrón con un bolso de mujer que no parece ser de él pues no combinaba muy bien con su vestimenta, y un perro pug que se soltó de la correa de su dueño corriendo por las calles de Wall Street puedo decir que pude estacionar mi auto último modelo en el espacio exclusivamente para mi y como pude confirmar Alice ya estaba en el edificio pues su auto ya está estacionado a dos espacios del mío. ¡Díos qué hice yo para tener una mañana tan echa mierda!

Mientras voy entrando a la recepción corriendo, muchos de los empleados me dan los buenos días y otros me miran con pena pues ya saben que voy tarde y lo que me espera.

─ Señor Walker, la señorita Thompson lo está esperando hace 30 minutos, y no se vé muy feliz─ me dijo mi recepcionista Sophie con una sonrisa amable. ─ También me dijo que le avisara los representantes de BMW ya lo están esperando en la sala de reuniones.

─ Gracias Sophie por la advertencia. ─ Todos en la empresa sabían que yo era el jefe, pero la que daba miedo era Alice, nadie deseaba enojarla y mucho menos yo que pasaba toda la jornada laboral con ella. Esa castaña de ojos verdes era armas a tomar cuando algo no salía como ella quería, pero nadie podía reprocharle nada pues todos sabíamos que ella es inteligente y trabaja el doble que todos nosotros, incluso más que yo, le debía mucho a Alice, fué una de las primeras personas en creer que yo podía tomar el mando de la empresa después de que mi padre se retirara, y también sé que mi vida sería un desastre si Alice no estuviera en ella.

Mientras avanzo hacia el ascensor, siento que alguien choca conmigo, en cuestión de segundos siento la piel de mi pecho quemarse con un líquido caliente con lo que puedo identificar como café.

─Señor Walker, lo lamento mucho ─ me dice un muchacho como de 1.60 metros de altura, con gafas y pelo negro. Por su carnet puedo ver que su nombre es Esteban. Lo que me faltaba, ahora mi camisa versace blanca tiene una mancha de café. ─Lo siento mucho, no lo vi ─ se lamentaba mientras trataba de limpiar el café de mi camisa con sus manos. ¿Espera que sus manos absorban el café o qué?

─ ¡Para! no sigas y quítate de mi camino ─ sé que he sido muy brusco pero en estos momentos, una mancha en mi camisa blanca era lo último que me faltaba para mandar todo el día a la mierda. Avanzó hacia al ascensor mientras presionas el piso 55 para llegar a mi oficina, antes que las puertas de metal se cierren miro al chico todavía lamentándose por el accidente. Tal vez piense que lo despediré pero siendo sinceros por un café no despediría a nadie, fué un minuto y medio en el que estuve en esa caja de metal hasta que llegue a mi destino. Tal vez sea mejor cancelar la reunión y posponerla para otro día o más tarde.

Las puertas de metal se abren y lo primero que veo son unas piernas bronceadas tonificadas, y una cabellera castaña suelta en ondas que me vuelven loco, hoy lleva ese vestido rosado suave que le llega hasta la rodilla y escote en V que me gusta tanto. Alice está ahí parada a la par de su escritorio revisando unos archivos mientras mueve su pie derecho frenéticamente como usualmente lo hace cuando algo le impacienta. Avanzó hacia ella y sé que me ha oído porque quita sus ojos de la carpeta para verme.

Viernes por la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora