4-¡Pequeña!

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Capítulo 4

Me encontraba en una situación compleja y horrorosa, no sabía exactamente la emosion que transmitía mi cuerpo, si era de terror, horror, pánico, simplemente no lo sabía. Ver a mi padre tirado en el suelo con pequeños charcos de sangre saliendo de él era una imagen perturbadora y estaba segura de que después de esto nada sería igual, más nunca volvería a ser yo, la niña consentida de papá, me convertiría en una chica vacía en busca de venganza, en una reina de la oscuridad. La vida nos pone pruebas difíciles solo para probar cuanta fortaleza hay en nosotros, tal vez esto solo pasó porque lo merecía pero no era lo suficiente justo torturarnos de esta manera, causando un dolor que tardaría en sanar o quizas nunca sería sanado, somos humanos imperfectos buscando la perfección la cual nunca la hayaremos porque simplemente, no existe.

Fuí corriendo hacia su cuerpo y de inmediato me tiré al suelo para verificar si aún quedaban rastros de vida, en mi corría esa pequeña esperanza de que aún estuviera respirando y así fue:

--¡Padre!--dije entre sollozos y lágrimas sosteniendo su cara entre mis manos-- ¡por favor no te vayas!, ¡padre yo te necesito, no puedes dejarme sola!, yo...-- más lágrimas salían de mis ojos-- te perdono papá pero por favor aguanta un poco-- pegué mi frente a la suya.

--Ev-- me observó mientras su voz se quebrada-- lo siento hija, esto es mi culpa, eres fuerte lo sé, estarás bien

--¡No papá!, no estaré bien si me dejas--seguí sosteniendo su rostro-- ¡dime quien te hizo esto y juro que no descansaré hasta encontrarlo!

--Solo quiero que te cuides pequeña, que cumplas cada promesa que me diste-- puso su mano en mi mejilla-- vete de aquí, es peligroso-- soltó un quejido-- esta casa ya no es segura para ustedes, él.. él está aquí-- su mirada oscura emitía dolor, un dolor fuerte-- ¡sal de aquí ahora!-- exigió

-- ¿Quién es él papá? ¿de quién estás hablando?-- dije asustada-- no me voy a ninguna parte-- solo me miró pero no respondió, las palabras no salían de su boca, sabía que tenía dificultad al hablar por eso desistí y solo lloré y lloré

Seguí pegada a mi padre en el suelo, no quería separarme de él, no ahora, era tan doloroso verlo así que sentía como si el corazón se me hubiese partido en dos pedazos y un fuerte apretón en mi pecho se apoderara de mi. Sentí pasos acercarse hacía nosotros, quería voltearme pero pensaba que podía ser Ender solo que estaba equivocada. Me giré cuando lo sentí justo tras de mi y voltie a ver un hombre vestido de negro con una capucha del mismo color, no me dío tiempo de uír y en menos de segundos mi vista se volvió oscura.

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Abrí mis ojos lentamente ya que mis párpados me pesaban tanto que sentía una pequeña molestia al pestañar. Mi cuerpo se sentía debilitado cómo si hubiese estado durmiendo por horas o más bien días. Cuando logro abrir por completo mis ojos escaneo bien el lugar donde me encontraba, estaba acostada en una cama envuelta en una sábana suave, la habitación era acogedora con paredes blancas y aparatos raros, supuse que me encontraba en el hospital pero ¿por qué? En frente de mi se encontraba un cuerpo sentado en una silla con la cabeza recostada en su espaldar, de inmediato lo reconocí, era Matt y se veía en un profundo sueño.

Trato de acomodarme lo más silencioso posible pero resultó imposible ya que había algo en mi cuerpo que me dolía y no pude evitar soltar un quejido:

--¡Agh!, duele-- me senté en la cama
Matt abrió los ojos rápidamente y se dirigió hacia mi cómo si estuviese contento de verme despierta

--¡Ev!--me dio un abrazo-- al fin despertaste, estaba preocupado--dijo dándome un pequeño beso en una de mis mejillas

INOCENTE (en curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora