Alejandra.

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Fue esporádico conocerla. Digamos que no hablé con ella por mucho tiempo pero en su aspecto siempre tenía un aura triste y descuidada, su pelo corto reflejaba una tristeza similar a su rostro moreno pálido y melancólico.
Una vez la saludé.
-Ho-hola-, le dije mientras ella estaba sentada en la banca del parque.
Me sonrió y musitó,
>>¿Qué quieres?
>>Me p-pregunto ¿Cómo estás?
No chistó ni otra palabra y platicamos por un momento breve de cosas sin sentido, la lluvia cayó de un cielo nuboso. Corrimos a refugiarnos a una tienda y rápido nos reímos entre los dos.
>>Creí que no sonreías.
Se esfumó mi tartamudez siendo que fue lo último que pronuncié para que ella se apagara otra vez.
>>Mañana te cuento ¿Va?
Lo dijo tranquila y corrimos a su casa, se resguardó y su mamá me dió las gracias. -no es nada-. Le mencioné. Ella y con sus ojos rasgados, me sonrió y su mamá cerró la puerta. Me quedé mojado un rato fuera y rápido corriendo regresé a mi casa y me bañé.
"Hola" le escribí en un mensaje de texto pero no respondió en toda la noche.

Se suicidó. Su madre tocó varias veces la puerta del baño pero su niña no respondió y al tercer forcejeo tiró la puerta. Su silueta seguía flotando desnuda, pendiendo de los barrotes.

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2021 ⏰

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