El EXPLORADOR

LA MISIÓN

I

El explorador mira al fondo de la calle. El sol castiga sus ojos sin piedad y su pequeña capucha apenas le permite tenerlos abiertos. El calor es infernal, no entiende cómo la gente, de este siglo, es capaz de vivir aquí. Piensa, que el aire acondicionado y la ducha, son los mejores inventos del hombre. Todo lo que ve es una línea de casuchas de adobe que delimitan la calle, arena, y pequeños arbustos que, lo único que indican, es que el agua no quiere estar en esta tierra. Una tierra que ha estado en guerra toda su existencia. Parpadea, sabe que los nanorobots de su ojo izquierdo transmiten al laboratorio las mismas imágenes que está observando y procura mantenerlos en óptimas condiciones.