El explorador cambia de posición en el suelo. El muñón de su brazo derecho no le ayuda mucho en esta tarea, pero la falta de la mitad inferior de su pierna izquierda, no le ayuda en absoluto. Sabe que fue elegido para esta misión por tener esta discapacidad. Perdió sus miembros en una operación militar de rescate hace ya muchos años. Le apena no haberse podido traer sus prótesis robóticas, pero un mendigo es más verosímil si está deformado de alguna manera. La gente del lugar no le conoce, podrían matarlo, pero les transmite pena e indefensión, que es lo que pretende, y le traen comida y agua. No saben que no necesita sus alimentos. Detrás, acoplado a su espalda, como una segunda piel, carga el plasma proteínico que lleva alimentándole más de tres días. Está cansado y expectante, ya no queda mucho para que el sensor de recuperación se active y vuelva a su tiempo. Por un lado, quiere regresar, pero por otro, le gustaría llevar su misión a cabo con éxito.
ESTÁS LEYENDO
El EXPLORADOR
Science FictionUn viaje al pasado para descubrir una gran mentira o una gran verdad.