6. La tranquilidad

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MARINETTE:

Iba muy tranquila, más de lo que pensaba

Iba muy muy tranquila

Sinceramente estaba demasiado relajada

Puedo jurar que no había nada ni nadie  que pudiera hacerme perder la victoria asegurada

Simplemente pensaba en el siguiente paso; lo fácil que sería, lo cerca que estaba de culminar este rollo en el que me habia metido

Todo iba de acuerdo al plan, mi hombre y yo nos iríamos lejos de este asqueroso lugar, con mucho dinero y demasiada tranquilidad

La noche anterior Adrien me había envuelto en sus brazos y por un segundo había olvidado todo. Pero no fue suficiente, nada iba a ser suficiente nunca más, porque Adrien había sabido jugar conmigo y mentirme; todo lo que había dicho era una puta fantasía: las noches donde decía que su padre era voluntario en organizaciones benéficas, cuando dijo que él trabajaba muy duro por sus estudios y también cuando mencionó que valoraba la vida de un ser vivo más que a nada.

Adrien es una mierda que debe ser borrada de la existencia, de la misma forma en la que había hecho con cientos de personas

Así que con la misma fuerza con la que había cogido con él, ahora le diría que salgo con Claude

Entro al edificio

El ruido de los estudiantes se escucha muy fuerte y yo camino en silencio

Diviso de lejos a la sonrisa tan sexy y encantadora de Claude

Adrien me mira, me saluda y yo solo hago un leve intento de sonrisa y paso de largo

Claude se da cuanta de mi presencia y se enderecha, me mira de una manera muy tierna y por fin sus brazos me envuelven, él me da un beso en el cabello y se separan de mi

—¿Cómo estuviste?

Intercambiamos preguntas tribales y converso con algunos de sus amigos

—Entonces... me estas diciendo que la mermelada con el queso crema es lo que me da este sabor tan exquisito ¡como es posible, Marinette! ¿Dónde ha estado esto toda mi vida?—Suelto una carcajada

Me río descomunalmente, importándome poco la presencia de todos

—Marinette que... ¿que está pasando?—oigo una voz en mi espalda

Los ojos de Claude se posan al alguien que está atrás de mí e inmediatamente su mirada cambia a una de diversión absoluta

—¡Adrien, nos bendices con tu presencia!

—Marinette...

Me gire hacia Adrien, pude ver la confusión en sus ojos

—Adrien, deja te presento a Claude, es mi novio. Clau, Adrien y yo somos viejos amigos ¿cierto?— con una sonrisa le pregunto al guapo rubio. Él entrecierra los ojos, abre y cierra las manos

—Si, si. Claro

[...]

Salía de las clases aburridas y estaba a punto de meterme a mi auto, cuando me llegó una llamada de Adrien; estaba a punto de contestar cuando escuché a Luka

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