Cero

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Desde pequeño Severus siempre soño con ser grande, tener poder y mucha sabiduría. Sabia que ambas se ganaban con tiempo y esfuerzo, asi que siempre fue perseverante y con mucha astucia logró concretar muchas cosas. Desde pequeño, obtuvo becas para el colegio, ganaba lo que quería con unas pocas palabras que convencían a todos e incluso en un tonto juego de mesa era capaz de distraer con su labia lo suficiente a su oponente como para obtener la victoria. Siempre había sido así, y cuando descubrió que era un mago, su ambición se hizo más grande, después de todo, tendría que forjarse un nombre dentro del mundo magico y Severus queria poder, no aquel que haría daño a los demás, sino aquel que enalteceria todo a su alrededor, ya fuera material o a sus pares.

Cuando entro en su primer año, Severus encontró su primera traba, su sangre. El ser mestizo le provocaba problemas dentro de su propia casa, él estaba disparejo al lado de sus compañeros sangre pura y si a eso le sumaba los problemas que Potter le causaba, lo cual derivaba en resta de puntos, se ganaba aún más el odio de sus compañeros. Al encontrar su talento en las pociones y en la creación de hechizos, Severus decidió tomar el camino académico, si él no obtendría poder por el lado de status social y el dinero, tendría poder por sus títulos y lo lejos que llegaría en el ámbito de la nueva creación de pociones y encantamientos. Con eso en mente, Severus poco a poco se ganó el respeto de sus compañeros Slytherin's, demostrando que a pesar de su sangre era un mago poderoso que incluso podría rivalizar con uno de los más antiguos sangre pura.

A mitad de su quinto año Severus escucho sobre el famoso Harry Potter, los Gryffindor's susurraban su nombre por los pasillos y Severus no entendia a que se referian con eso, incluso el único Potter en el castillo bromeaba con eso frente a él, decía que Harry Potter se lo llevaría, y Severus no entendia como un Potter podría llevárselo. Con cautela averiguo de que se trataba y su primera reacción fue bufar de incredulidad, no podía creer que la gente fuera tan estupida para creer algo como aquello. Harry Potter era una leyenda, una tan absurda que no tenía ni pies ni cabeza, Severus en ese entonces desestimó aquello y siguió haciéndose paso en el mundo magico.

Con apenas 18 años, Severus consiguió su Maestría en Pociones, siendo el más joven Maestro de la historia, o por lo menos el documentado, ya que existían muchos maestros pocionistas en la clandestinidad. Aún así, Severus ganó fama mundial a partir de ahí, sus innovaciones en el campo de las Pociones revolucionaron la forma de tratar a pacientes con graves patologías y encontrando incluso tratamientos nuevos para pacientes con problemas psiquiátricos o malditos. A los 20, Severus comenzó su Maestría en Defenza contra las Artes Oscuras, recibiendose a los 23 como la segunda persona más joven en recibirla y como el primero en tener dos maestrías a su corta edad.

Severus se sentía orgulloso de todo lo que había logrado, incluso a los 15 había logrado sacar a su madre de las garras de su padre y ahora ella tenía una buena vida. Pero aún así las consecuencias de su testarudez por querer casarse con un muggle estaban haciendo mella en su cuerpo, después de todo el karma siempre vuelve y de formas inesperadas. Eileen Prince tenia debilidad en los huesos, años y años de golpes le habían pasado factura y ahora no podía levantarse por si misma, aún así, Severus sin rencores ayudaba a su madre en todo lo que podia, incluso buscando alguna cura para su problema.

Severus había logrado deshacerse del apellido de su padre, teniendo mucho más status social debido al apellido Prince, con sus títulos había logrado ganarse la aprobación de su abuelo y con solo 23 años era Lord Prince a pesar de que su abuelo seguía vivo. Era uno de los únicos de su generación que tenía el titulo de Lord a tan corta edad. Incluso su amigo Lucius admitió a Severus su envidia por tener el título de Lord a su edad, Severus solo lo había desestimado rodando los ojos. Si solo Lucius supiera las responsabilidades que tenía. Severus siendo Lord tenia que ocuparse de las finanzas de la familia, los asientos del Wizengamot, de las fincas Prince donde vivían las generaciones de años y años de servidumbre de la familia Prince, y aparte de eso tenía su trabajo como pocionista para San Mungo y su propia botica que había abierto en el callejón Diagon, la cual tendria una pronta sede en Hogsmeade.

A los 25, Severus decidió tomar un descanso de todo, había pasado unos años ocupándose de todo lo relacionado con la familia, tenia dos boticas estables con personal de confianza, y ahora ellas le proporcionaban las pociones a San Mungo. Así que podría tomarse unos merecidos años de descanso, Severus emprendió un viaje por el mundo, dejó a su madre en manos de sus abuelos, que la cuidarían bien. Después de todo, los Prince no guardaban rencor en su corazón, eso se lo dejarían al resto del mundo.

Severus se enamoró del mundo, de las diversas magias que había dispersas por él y de como el conocimiento variaba dependiendo del país que visitaba. Se enamoró de paisajes hermosos y de una que otra mujer de por ahí, pero jamás permitió entregar su corazón para siempre. Tal vez un amor de unos meses, un amor de verano, pero Severus jamás entregaría su corazón a nadie. No hasta que estuviera listo. Severus volvió a Inglaterra con sus 30 ya cumplidos y dispuesto a retomar su vida tranquila en Londres, había conocido lo suficiente como para saber que no se perdería de nada por ahora. Pero hubo algo que tambaleó su mundo de un momento que otro. La posible existencia de Harry Potter.

Había comenzado una mañana, a mitad de un curso escolar en Hogwarts, en el periodico habían informado de la misteriosa muerte de un alumno de la escuela. Según las noticias, se había caído de una escoba a una altura de ocho pisos. Tanto su madre como su abuela habia lamentado en voz alta la muerte de alguien tan joven que tenia toda una vida por delante, pero a Severus le inquietó la noticia, no por el hecho de hubiera muerto un estudiante, después de todo los accidentes siempre pasaban, sino por el hecho de que en Hogwarts nunca hubo un octavo piso y que a esa altura estaban las protecciones del colegio, ningún alumno podría haber llegado tan alto, después de todo las escobas, incluso las personales de los estudiantes, estaban encantadas para volar solo a una altura de menos de 5 pisos desde el suelo.

Con el paso de los meses aquella inquietud despareció, hasta que a fin de año ocurrió de nuevo, en el periódico estaba como titular la fatídica muerte de otro estudiante. Había sucedido idéntico al anterior, había caído a ocho pisos de altura y esta vez estaba especificado el horario en el que el alumno había caído. Había sido a medianoche. No supo que lo impulso a mandar una carta al Director pidiendo un puesto para ser profesor en la institución, incluso cuando recibió la confirmación de que podría ser profesor de Defenza seguia sin saberlo, pero algo le decía que fuera, que volviera a Hogwarts y averiguara qué era lo que estaba pasando dentro de los muros de aquel castillo. Que hiciera caso a su instinto y fuera detrás de los misterios que había detrás de la leyenda de Harry Potter.

La Leyenda De Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora