¿Qué mierda hacía él ahí? El hombre estaba igual, solo que más senil, caminaba con esa postura característica de los Zenin, bastante altivo, tenía su cabello tomado en una cola de caballo, vistiendo su kimono.
Igual.
Apretó sus puños, molesta por los recuerdos que le traía verlo. Le enfermaba.
No pudo evitar recordar como ella lo llamaba desesperadamente cada vez que la llevaban a esa habitación, esa maldita habitación.
—¡Maki espérame!—le llamaba su gemela corriendo tras ella, se detuvo y la esperó.
—Hay que darnos prisa para que no nos reten—le dijo ella tomando su mano y comenzando a correr.
Llegaron al salón del líder del clan, dentro también estaba su padre y un pariente llamado Jinichi Zenin.
Maki y Mai se pararon frente a esos hombres, las niñas miraban a su padre expectante, realmente no lo veían mucho, y con las miradas sobre ellas dos, se sentían incomodas. ¿Para qué las habían llamado ahí?. Ougi Zenin las miró y ellas le sonrieron, pero él solo apartó la mirada enfocándose en Naobito Zenin.
—Maki y Mai, ¿no?—preguntó el anciano bebiendo de una botella, ellas asintieron—. Vengan conmigo—dispuso él poniéndose de pie y tomando a las niñas de la mano.
—¿A dónde vamos?—se atrevió a preguntar Maki.
—A ver si su nacimiento fue un mal augurio o no—respondió Naobito sin consideración.
¿Mal augurio? ¿Qué sería eso? Se preguntaba la pequeña Maki mirando de reojo a Mai.
Caminaron hasta un lado apartado de la casa, donde solo estaba iluminado con velas o antorchas, parecía lúgubre.
—N-no quiero entrar ahí—habló asustada Mai tironeando la mano de Naobito para que la soltara. Maki la miró extrañada—. ¡No quiero entrar!
—Así que puedes sentir la energía—habló el hombre con una sonrisa ladeada, pero sin detener sus pasos hacia la puerta.
—¿Qué sucede?—preguntó sin entender Maki. Miró a su gemela preocupada.
—Ya verán.
Soltó la mano de Maki y abrió la puerta, para luego entrar con ambas niñas. La habitación sólo estaba iluminada por una vela puesta en el único mueble de la habitación.
Un chillido de horror salió de la boca de Mai, cerró sus ojos con fuerza y repitió que no quería estar ahí.
—No hay nada, Mai—le dijo Maki segura, pero ella negó, diciendo que eran horribles.
—Entonces tu no lo puedes ver ni sentir—habló Naobito decepcionado—. Te quedarás aquí hasta que puedas hacerlo—demandó tomando a Mai en brazos y dejando a Maki dentro.
—¡Maki!—exclamó la niña alzando su mano en un intento de alcanzar a su gemela, no podía quedarse ahí con esas cosas.
—¡¿Mai?!
Ellas no entendían que pasaba, sus ojos se aguaron y corrió hacia su gemela, pero la puerta se cerró en sus narices.
—¡Mai! ¡Mai!—exclamó golpeando la puerta, su corazón latía a un ritmo frenético, sentía un pequeño nudo en su garganta y su cuerpo comenzó a temblar. Miró hacia atrás, pero seguía sin haber algo, solo estaba ella.
Sintió algo rozar su pierna y chilló.
¿Qué había sido eso? En la habitación no había nadie a parte de ella.
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Visita |♡| YuuMaki
أدب الهواةMaki no esperaba ver a ese hombre en la escuela, ¿qué hacía ahí? Solo verlo de lejos la descomponía totalmente.