' Soo sweet '

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¿Nunca viste el rostro de alguien y te preguntaste: como alguien puede tener la piel tan perfecta?

Pues esa misma pregunta se hizo Lee Jeno la primera vez que vio a Na Jaemin. Se la continuó haciendo cuando empezaron a salir y aún ahora, se lo sigue cuestionando.

Es que... La piel de Jaemin podía asemejarse perfectamente con la porcelana y por dios, Jeno quería saber como hacía para tenerla asi de suave y acariciable. Aunque podría ser que tan solo era una virtud, nacer con una piel de bebé eterna. Jeno se sentía muy dichoso de ser el único con el privilegio de mimar y besar esa aperlada piel.

Si tuviera que enumerar sus cosas favoritas en Jaemin, primero sería su preciosa sonrisa, luego sus juguetones ojos, a continuación su personalidad tan especial y justo después de eso, su piel. Claro, estaba en cuarto lugar, pero había que tener en cuenta que habían tantas virtudes en Na Jaemin que Jeno se tardaría una hora en enumerarlas todas.

El mismo lo comprobó, aquella mañana en la que intentó escribirle una canción a Jaemin, canción que justo en ese momento estaba practicando con su guitarra.

El sol ya había caído, dejandole lugar a la oscuridad de la noche y dejando a la luna iluminar el apagado cielo. Jeno estaba sentado en el mueble acolchonado frente a la ventana, con los cristales abiertos, dejando entrar la fresca brisa de primavera, mientras que sus manos se desplazaban por las cuerdas, emitiendo una bonita melodia. Jeno sonrió sutilmente mientras tocaba, la imagen de Jaemin en su mente, no había mejor inspiración que esa. Imaginándolo sonriendo, era más que suficiente para...

—Cariño, ¿has visto mis galletas?—La pregunta dicha por la voz que llevaba sin escuchar por 2 horas enteras lo sacó de su cursi mundo.

Volteó hacia su novio y sus ojos se abrieron un poco mas de lo normal ante lo que estos percibían.

Jaemin, con su diadema de tela blanca afelpada con dos largas orejas de conejo, su cabello castaño claro sobresaliendo por todas partes sobre ella y su rostro lleno de lo que parecía ser miel.

—Ahmm... No... No las he visto, bebé.—contestó la pregunta, agitando su cabeza de un lado a otro.—Nana...—

—¿Mmmh?—Acotó Jaemin a su apodo, acomodando su camiseta blanca de pijama, la cual le quedaba dos tallas mas grande.

—Si sabes que la miel se unta en los panqueques y no en la cara, ¿verdad?—

Jaemin entrecerro sus ojos hacia su novio y Jeno se cuestionó en sí debió haber dicho eso o no.

—¿Que?—

—No te burles de mi.—

—Lo siento, es que se ve tan divertido.—Río el pelinegro, enseñando su bonito eyesmile. Jaemin junto los labios, intentando no sonreir como bobo por la imagen.

—¿Te estas riendo de mi?—

—No, no...—

—¡Si! ¡Te ries!—Berrincho Jaemin, dando un pisotón en el suelo como un niño pequeño.—No es raro ponerse miel en el rostro, hay personas que hacen cosas peores. He oido de gente que se ha puesto mayonesa en toda la cara.—

—¿Pero que...?—La quijada de Jeno cayó.—No piensas hacer eso, ¿verdad?—

—¡Ash!—Exclamó Jaemin en frustración y salió de su propia habitación, hechando humo por las orejas.

Jeno lo vio salir y suspiró, odiándose por siempre decir lo que no debería decir. Abandonó su guitarra sobre el mueble y fue tras su novio.

Honey 🍯 NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora