Ventana

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[…] y tocó la ventana de su habitación, hacia mucho que no revivía.

Aquellos toques realmente le asustaron, así que avanzó con su secadora en mano en caso de que se tratara de algún pervertido, pero cuando abrió la ventana se dio cuenta de que no se trataba de “esa clase” de pervertido.

— Que sorpresa, Kenneth

— Bebe…- llamó por su nombre con cierta suavidad. La había extrañado así que solo atinó en extender su mano hasta la mejilla de su contraria, comenzando a acariciarla con cierta ternura. Genial, no estaba soñando.— Un ángel, ¿estaré acaso en el cielo?

Aquel tacto se le hizo un tanto extraño, pero al escuchar las palabras ajenas terminó por enternecerse.

—Vaya, al parecer alguien vino muy galante...- bromeó mientras se apartaba para sentarse en el marco de ventana sin dejar de verle.— Lamento informarte que no el cielo, sino en el marco de mi ventana y dime, ¿cómo has estado? Estaba a punto de poner tu foto en un cartón de leche al no saber nada de ti.

Ken soltó una pequeña carcajada con lo último dicho, ya que no pudo evitar recordar la tontería que había hecho con Cartman en su momento.

— Supongo que bien, ¿y tú? ¿Cómo han estado las cosas por acá?- se adentró así como así a la habitación de su contraria para luego tomar prestada la silla del escritorio y sentarse en el acto.

Aún no creía que él se encontraba ahí, sentado en la silla de su escritorio.

— Hey... Veo que no pierdes la confianza.- mencionó ante las acciones del contrario, pero al final rió un poco ante eso y se sentó al borde de su cama mientras le escuchaba.— Si mis padres se enteran de que tengo a un chico en la habitación sabes que no va a terminar bien para mi...- mencionó lo obvio y suspiró pesado.— Bien, creo, me acaban de quitar el yeso de una lesión que sucedió al caerme en la práctica, así que estoy de mejor humor, creo.

Quería explicarle cómo es que fácilmente podría hacerse pasar por otra fémina sin meterla en problemas, ya que era lo que menos quería ahora, mas el hecho de escuchar sobre lo de su accidente hizo que se preocupara de sobremanera. Preocupado, se levantó y fue hacia ella, arrodillándose en el suelo para tomar su pie.

Intuía que fue en el tobillo o quizá en la rodilla. Igual lo tomó con cuidado.

— Dime si aún te duele para soltarte...- mencionó con preocupación.

Aquello era algo que no se esperaba; ahora le tenía ahí, frente a ella, sosteniendo su pie. Sus mejillas adoptaron un suave color carmesí de la vergüenza que le ocasionó la escena y no en un mal sentido si no todo lo contrario.

—Me dolía en un principio pero ya estoy mejor...- respondió suavemente, luego se incorporó para agacharse y estar a su altura, tomándole de los antebrazos suavemente.— No tienes que hacer todo esto...

— ¿A qué te refieres, Bárbara?- posó su mano sobre la de ella. Sin quitarle la mirada de encima. Se encontraba expectante a todo.— Solo estoy siendo amable, ya sabes.

Soltó un suspiro para luego dirigir la mano que estaba sobre la de ella hacía su nariz, picándole con el dedo, juguetón.

—"Amable" no es la palabra que yo usaría...- dijo sin dejar de mirarle a los ojos. Sonrió ante el tacto, mas ella fue quien rompió la cercanía al levantarse de donde estaba para volver a tomar su lugar.— Entonces, ¿me dirás a qué debo tu visita, McCormick?

Interacciones | BennyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora