One Shot

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Una bocanada de sangre brotó de su boca.

—Mierda, volví a fallar. —Habló con lo poco que le quedaba de voz. Apretó su estómago y apoyó su mano libre en la tumba donde el cuerpo inmóvil de su Daozhang descansaba.

¿Cuantas veces lo había intentado? ¿Cuantas veces había fracasado? Pero no le importaba, no si eso significaría volver a ver sonreír a su Daozhang, volver a verlo vivo, aunque eso significara su propia muerte.

Durante varios años buscó la manera de volverlo a la vida sin ni una pizca de éxito. Pero eso no lo detuvo, al contrario, le dió más fuerzas para seguir buscando.

Hasta que lo encontró.

Un método para regresar a una persona a la vida. Un metodo para volver a ver a ese cultivador de jovial sonrisa.

Ese día la felicidad no cabía en su corazón ni en su rostro. Sonrió hasta que sus mejillas dolieran. Por fin había encontrado lo que por tanto tiempo buscó sin descanso.

Bien dicen que nada viene sin un esfuerzo. Cuando el delincuente leyó detenidamente la forma de regresar un muerto a la vida, todo rastro de felicidad se esfumó.

Ese día lloró. Lloró como jamás en la vida lo había hecho. Lloró hasta que sus ojos no pudieron más. Nunca se había visto tan débil y miserable, pero eso simplemente ya no le interesaba.

El método se llamaba "Almas compartidas". Para su mala suerte, era un método oscuro, proveniente del camino demoníaco. Consistía en utilizar los fragmentos del alma de la persona fallecida y combinarla con un porcentaje del alma de la persona que realizaba dicho método. Cada intento fallido restaba un porcentaje de alma emisora como compensación. Las probabilidades eran muy bajas, pero tampoco se perdían las esperanzas. No muchos intentaron el método, puesto que para ellos no valía la pena desperdiciar sus propias vidas por alguien que había fallecido. Pero otros dieron su vida por ello, aunque al final no consiguieran lo que querían, desperdiciando por completo su vida, entregandola como ofrenda al lado oscuro por utilizar sus métodos... O al menos eso era lo que estaba escrito. Un poco cruel, pero la maldad no sabía de esas cosas, solo sabía provocar más dolor.

Xue Yang quiso imaginar qué estaba pensando la persona que creo el método, y cómo estaba tan seguro de los resultados.

Después de todo usar energía resentida no era un juego de débiles, solo los más fuertes y ambiciosos podrían alcanzar dicho método, es por eso que gente con un núcleo caía en esos oscuros mundos. Aquellos sin núcleo eran una simple carnada para devorar almas. Era demasiado escasa la probabilidad de salir con vida, aunque tampoco era del todo imposible dominarla. De igual forma era un camino que al final no llevaba a nada bueno. Solo un final destructivo.

Lo que se necesitaba para un método tan corrupto era, en realidad, algo muy simple. Solo se necesitaba dibujar un círculo hecho de sangre con quién sabe cuantos garabatos. Una vez completado el círculo, el alma emisora deberá quedar en medio de este, y usaría su poder espiritual como puente hacia la vida fragmentada mientras recitaba las palabras que se encontraban escritas en las manchadas y desgastadas páginas. Si aún conservaban el cuerpo, su método aumentaba aunque sea un porcentaje más de probabilidad a que funcionara. En una de sus manos sostendría el alma receptora, mientras que la otra mano descansaria justo en uno de los canales de flujo espiritual, enviando oleadas y oleadas de energía. Así, tanto el cuerpo como el alma emisora se volvería un canal. Alma, cuerpo y núcleo, uniendo las piezas al mismo tiempo. Al fracasar, el símbolo dibujado con sangre se activaría, arrebatando el porcentaje de su alma. Así sería cada intento fallido, hasta devorar el alma emisora por completo. La única garantía que te dejaba era no tocar el alma receptora. Eso era bueno.

Almas compartidas [XueXiao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora