Capítulo 3

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Un pequeñito rayito de sol me dio los buenos días mientras en la cocina salia un olor dulce, relajante y hacía que me saliera agua por la boca.
Me levanté del sillón y camine a la cocina. Al entrar me topé con una sorpresa, "Buenos Días dormilón, te hice pan francés tostado, tocino, un té de manzanilla ya que no te gusta el café. Ah y la chica que estaba aquí me abrió la puerta y me dijo que te diera está nota" dijo mi amigo Oliver que estaba sirviendo la mesa me señaló una nota que estaba en la mesa. Creo que ya no tengo que preguntarle como le hizo para entrar a mi apartamento otra vez.
"Gracias Oli" le dije mientras me sentaba en una de las sillas. Comencé a leer la nota que decía:

Lo siento por irme así y no decirte adiós formalmente. Gracias por todo y espero vernos de nuevo. Me gustó hablar contigo, eso me ayudó a desahogarme un montón.
Aquí te dejo mi número para que podamos estar en contacto
832*******.
Una vez más gracias.
Irene Borisyuk.

Al terminar de leer la carta, levanté mi cabeza para luego tan solo ver como mi amigo me miraba con una cara sonriente eh inocente. "Yyyyyyyyyyy. Te dio su número." Oliver me entrega el plato de comida sin quitar su sonrisa. "Si y por favor no estés con tus cosas, la conocí ayer en el-" Oliver me llena la boca de comida sin dejarme terminar de hablar. "La conociste en el funeral de Rebe, ella es Irene Borisyuk, la amiga de Rebe. Se conocieron en el trabajo y se hicieron grandes amigas. El hermano de Irene se llamaba Hazel Borisyuk, el era uno de los profesores con quien trabajaba en el colegio en el que voy" Me dice Leo mi otro amigo que salió de la nada. Me pasé la comida con el té de manzanilla y comencé hablar, "Como rayos entrantes y gracia por la información" dice Oliver todo sorprendido. Leo le enseña una llave de mi apartamento y Oliver me pone una cara de 'porque a el le diste una llave de tu apartamento y a mi no'.
"Como supiste que la conocí en el funeral, no te vi allí" le digo a Leo con una voz triste al recordar que ayer era el funeral de Rebeca. "Oliver y yo apenas íbamos llegando cuando todos se iban. Te vimos hablando con Irene y pues decidimos no interrumpir." Con una voz media ronca y tratando de no mostrar tristeza, Leo se sienta con nosotros en la mesa y me comienza a contar de lo que Oliver y el vieron.

Minutos después, Leo se fue a trabajar y Oliver comenzó abrir mi floreria y atender a los clientes. Mis demás trabajadores no vinieron ayudar ya que les di una semana de descanso.

"Oliver los bambus están en la parte de atrás y de paso, por favor trae más rosas blancas" le digo a Oliver que estaba buscando los bambus. "Okay, gracias y por supuesto que voy a traer más rosas blancas, esas son las que se van rápido." Con una sonrisa enorme Oliver va por las flores mientras atiendo un cliente que entró mirando con maravilla el lugar, "Hola buenos días, en que le puedo ayudar. ¿Busca algo en particular?" Me le acercó al cliente y el me levanta su sombrero como para decir 'mucho gusto'. "Sólo voy a mirar por ahora y si necesito su ayuda, yo se los haré saber caballero" con tanta amabilidad y curiosidad el señor me responde sin dejar de mirar las flores.

Después de un rato, todos los clientes se fueron con una sonrisa mientras veía las flores que compraron.
"Caballero, me gustaría comprar un gran ramo de crisantemos violetas por favor" el señor se me hacerca me pide que le ayude sin que el apartara la vista de las flores. "Me habían dicho que estas flores representan una pérdida, así que me gustaría regalarle una ramo a un amigo mío como condolencia" me doy la vuelta y veo que el señor tiene una mirada de tristeza, miro los crisantemos violetas y comienzo a pensar en Rebeca y mis padres, también en Irene que acaba de perder a su hermano.
Al terminar de ayudar al señor, le di una tarjeta de presentación y un descuento por ser un nuevo cliente.

Tu Corazón es Frágil Como la FlorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora