THE ROSE

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Caminamos en silencio por unos minutos, todo estaba desolado, y tal vez tenía que ver qué casi era media noche, mi acompañante se detuvo en una de las tantas puertas y cuando la abrió entro rápidamente conmigo.

—¡Maldito hijo de puta!— exclamo en cuanto la puerta estuvo cerrada, yo me quede parada en silencio y llena de temor, pues no sabía que pasaría, él se llevo los dedos al puente de la nariz y apretó con fuerza mientras cerraba los ojos, tomo un par de respiraciones y luego de que se calmara me miro serio, yo de inmediato me puse rígida —¿Dian es tu nombre no?— pregunto calmado, yo simplemente asentí y lo mire fijo —Bien, escúchame Dian, no voy a acostarme contigo— yo abrí los ojos sorprendida y una alegría me inundo el cuerpo, pero aun así no me podía confiar

—¿De verdad?— pregunte temerosa, él se quedo mirándome antes de responder

—De verdad, pero nadie debe saberlo, todos deben pensar que lo hicimos— yo lo mire sin comprender

—No entiendo ¿Por qué?— el me tomo de la muñeca de nuevo y me llevo hasta un sofá frente a la cama, ahí me hizo señas para que me sentara

—Escucha, me rehusó a abusar de ti— dijo completamente seguro de sus palabras —No pienso formar parte de esta mierda, suficiente tengo con lo que hago como para sumarle abusar de una chica, porque estoy plenamente consciente de que estas por obligación en este lugar, al igual que todos— yo lo mire sorprendida ¿él también? —Si Dian, yo también empecé igual que tú— de nuevo me sorprendí —pero eso es otra historia, el punto es que puedes estar tranquila, no pienso acostarme contigo, pero como te dije antes, nadie debe saberlo, si García se entera de que no use su "regalo" se va a enojar bastante, cómo pudiste ver no le gusta que le rechacen sus obsequios, y no pretendo ganarme su ira, así que tienes que prometerme que no dirás nada a nadie— me miro con advertencia

-Entiendo, te prometo que no diré nada— prometí de verdad —y gracias— dije algo más tranquila

—No me agradezcas Dian, eso no te salvara de tu desgraciado destino, esta vez te salvaste, pero no sé la próxima— yo baje la mirada, tenía toda la razón, si no era él, seria cualquier otro, mi vida era una mierda, de ahora en adelante llevaría una vida de prostituta, y quien sabe con cuantos hombres me tendría que acostar en el futuro —Pero por ahora no pienses en eso, no vale la pena, mejor dime, ¿Cuántos años tienes?— su mirada era interesante

—Diecisiete— él me miro sorprendido

Eres muy joven— yo lo mire detallándolo, él también se veía bastante joven

—¿Pues cuántos años tienes tu?— pregunte sin pensar —¡Lo siento! Moni me dijo que no debía hacer preguntas, ¡de verdad lo siento!— dije nerviosa

—No te preocupes— se apresuró él a calmarme —puedes preguntar, no voy a hacerte nada— yo lo mire unos segundos y suspire con tranquilidad —tengo veinte años— respondió al final —¿Cómo terminaste aquí?—

—Mi padre debía dinero a un casino, como no tenía dinero para pagar, me tomaron a mi por pago, al final los mataron a todos— dije con los ojos llenos de lagrimas al recordar lo sucedido

—Lo siento mucho, no era mi intención hacértelo recordar— yo negué simplemente

—No te preocupes, creo que después de haber llorado tanto termine resignándome y aceptando la mierda que me espera por vida o eso creo— él suspiro

—Desgraciadamente, una vez que estas aquí ya no tienes elección—

—¿Puedo preguntar como llegaste aquí?— él dudo unos minutos—No hace falta que respondas, de verdad— dije algo apenada

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