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❝Una cita médica jamás lo había puesto tan nervioso antes, quizá se debía a que ese apuesto Alfa con aroma madera, sándalo y menta lo estaba deseando con la mirada y él no podía simplemente resistirse a las súplicas de su cuerpo sensible.
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Su dedo se deslizaba por la pantalla de su teléfono móvil mientras escuchaba la música tenue inundar la sala de espera. Después de posponer la cita un par de veces al fin había reunido el valor para estar en el consultorio, no era como si jamás hubiese estado en uno pero su habitual doctora no se encontraba dando consultas debido a su reciente incapacidad por maternidad y él se había visto obligado a cambiar de especialista al menos en lo que ShinHye volvía.
La Beta había sido desde el primer momento en que se presentó su especialista en urología para Omegas de modo que enfrentarse a otro médico le ponía un poco de nervios, apretó la carpeta con su expediente y suspiro profundamente, todo iba a salir bien después de todo no era más que un chequeo de rutina.
Su nombre fue mencionado por la joven de recepción y se puso de pie mirando alrededor buscando algo con lo que pudiera distraer su mente de los recientes pensamientos nerviosos que lo atacaban. Camino despacio por el pasillo que daba al consultorio adecuado y una vez frente a la puerta tocó suavemente la madera.
—Adelante.
Tomando todo el aire que pudiera necesitar ingreso a la habitación reteniendo su respiración, sabía claramente que el especialista que lo atendería era Alfa y eso lo ponía un poco más ansioso.
El hombre detrás del escritorio le miro con una sonrisa tierna que hacía a sus felinos ojos cerrarse un poco dejando ver una o dos pequeñas arrugas en las esquinas de sus ojos. Era sin duda bastante apuesto.
—Toma asiento por favor.
Siguiendo las órdenes del Alfa JiMin procedió a sentarse en la silla que estaba frente al hombre pelinegro justo del otro lado del escritorio.
—Muy bien joven Park está no es su primera consulta con un urólogo así que nos saltaremos la explicación básica e iremos directamente a las preguntas de rutina.
—Está bien.
—Último celo.
JiMin estrechó sus ojos observando un momento al doctor antes de responder.
—Comenzó hace una semana y apenas tiene tres días de haberse ido.
—Muy bien ¿hubo actividad sexual?
—Un poco, mi Alfa estaba algo ocupado.
El pelinegro frente a él le miro con una ceja alzada y luego escribió algo en su libreta.
—Ya veo ¿normalmente con que frecuencia íntima con su pareja?
Sus mejillas se pintaron de un suave carmesí sin motivo alguno pues JiMin sabia que no había nada de extraño en las preguntas.
—Dos o tres veces por semana.
—Bien. ¿Alguna molestia durante el sexo? Ya sea dolor, incomodidad o incluso sangrado inusual.
