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La mejor palabra para describir a Yan Min, era desesperación.

La omega sabía solo una cosa de forma segura y era que desde el momento en que nació nadie la quiso, ni la querría jamás. Abandonada en un baño público como la mierda que nadie quiere. Ese fue su destino desde el principio. ¿Y saben que? Bendita fuera la vida desgraciada que le tocó.

La familia que la adoptó eran una clase de nuevos ricos, sin conexiones o reputación, lo hicieron nada más para ganar reconocimiento social, nunca fue parte del circulo familiar y se lo recordaron hasta cansarla. Pero el que no la quisieran no significaba que la dejaran en paz. En un mundo en donde si no tienes legado familiar o conexiones tu dinero no importa una maldita cosa, Yannie tuvo que sufrir todo el adiestramiento posible para poder debutar en sociedad, no les importaba realmente si era alfa u omega, la estaban entrenando para que fuera el lazo que los uniera con una familia destacable. Habían demasiados herederos como para dejarlos ir. Y ella siempre sospechó que si hubieran podido tener hijos, el pobre cachorro hubiera sufrido el mismo destino desdichado que ella. El grupo Yan estaba maldito y nunca pudo concebir un heredero, la hija que adoptaron fue su castigo.

La mayor meta de los Yan era el Grupo Min.

—El Presidente y la omega Min ya te adoraban. ¡Solo debías seducir al hijo! ¡¿Que tan difícil era que ni eso puedes hacer?!

Yan Min no se inmutó ante los gritos de la omega Yan, estaba más que acostumbrada.

—Geumjae es una basura. Jamás me acostaría con él. Y menos pensaría en recibir su asquerosa marca en mi cuello.

—¡Te acuestas con todos! ¡Que diferencia habría con un Min!

—Si dedicaras la mitad del tiempo que gastas gritándome en atender a tu fracasado Grupo, no necesitarías rogarle a los demás que acepten a tu hija para ganar prestigio.

—¡Eres una inútil!

Cuando la omega Yan estaba a punto de golpearla, el alfa Yan la detuvo.

—Vamos a encerrarla, no gastes tu energías.—El alfa Yan era un cincuentón arrogante y despreciable, adoraba resolver los problemas con violencia y abusos.—¿Por que no vas y te relajas en el club, cariño? Yo me encargo de Yan Min.

Lo que sucedía cuando Yan Min era encerrada, no necesitaba ser contado. Las cicatrices en el alma de la omega gritarían por la inocencia que perdió por el resto de su vida.

Cuando todo lo preciado en tu vida ha sido arrebatado, no tienes nada que perder. Y así fue como la omega vivió los siguientes años. Se rebeló ante la familia que la maltrataba, en lugar de ser abusada y herida, descubrió la forma de voltear la cartas y ser el depredador. Y así es como su mala reputación comenzó. En poco tiempo estuvo arruinada para el mundo. Y ni siquiera contar con el cariño de los Min pudo salvarla.

El punto de quiebre llegó cuando resultó embarazada y no pudo ocultarlo.

El alfa Yan enloqueció cuando se enteró.

—¡Deshazte de esa porquería o voy a sacártelo a golpes!

Los Yan sabían quien era el padre del cachorro que esperaba. Y no les convenía que el mundo lo supiera. Esa fue la primera vez que Yan Min realmente tuvo miedo y no por ella, sino, por el cachorro que llevaba y que no tenia la culpa de nada.

Ella, que fue aborrecida desde el momento en que nació, que fue abandonada como una basura que todos despreciaban, sintió un amor tan inmenso por el cachorro que esperaba que se negaba con el alma a que algo malo le sucediera. Debería estar horrorizada y asqueada del origen de ese bebé, pero ella decidió amarlo. Era lo único que realmente le pertenecía.

Orgulloso, Apuesto y Poderoso||•NAMJIN (3° Trilogia de los Herederos Kim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora