(35) en espera

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chica despertó a las 11:15am.

era tarde, pero no importaba porque era domingo y como era de esperarse, no había nadie en casa como para regañarla. su madre nunca se perdía una misa de los domingos, mientras que su padre, directamente casi nunca estaba presente. usualmente ella era despertada por los golpes en su puerta que la empleada daba todas las mañanas, pero todo parecía indicar que había decidido no molestarla por ese día.

de todos modos, ann no se habría levantado ante el llamado para el desayuno, no tenía absolutamente ganas de nada. sentía la garganta rasposa, posiblemente por todo las bebidas heladas que había tomado la noche anterior, tenía los pies adoloridos por los botines de tacón que había utilizado durante toda la noche y particularmente, sentía un extraño dolor en el pecho, un dolor que no había sido ocasionado por algo físico. ciertos temas rondaban su cabeza, pensamientos que no la dejaban tranquila y no parecían hacer otra cosa más que atormentarla.

ella sabía de lo leal que era aiden con las personas que apreciaba, aunque exactamente no supiese lo que toddy y él habrían hablado, por lo poco que ann recordaba, la pelirroja se veía demasiado conmocionada. ella estaba llorando, aiden muy probablemente la estaba consolando, pero ¿cómo habían llegado a eso? arrugó la frente de solo imaginar al muchacho aceptando conversar con toddy a solas y en una zona apartada casi romántica.

con un mal sabor de boca, y no porque se había olvidado de cepillar sus dientes al llegar en la madrugada, se levantó de su cama y fue en busca de su celular, el cual supuso que tendría baja batería y que todas sus notificaciones serían mensajes por poe parte de sus amigos. al prender la pantalla de su móvil, pudo ver en la previsualización de la barra de notificaciones a los nombres de usagi, freddy, bon, bonnie y, por supuesto, el de fox. de igual manera, pudo ver un mensaje de lily en messenger recordándole sobre la reunión del miércoles para realizar el proyecto, pero decidió borrar todos los chats de la barra de notificaciones para expandir el chat del pelirrojo.

aidensio:
«ann, ¿podemos hablar?»
«¿cómo amaneciste? :)»
«soy idiota, la noche no terminó como esperaba, entiendo que quizás necesites espacio pero por favor házmelo saber»
«te extraño»
«todo lo que te dije fue cierto chica, no me arrepiento de haberte besado»

ann apretó su teléfono contra el pecho, sentía un fuerte dolor en el corazón y se preguntaba si realmente valía la pena seguir enojada por lo que sucedió o decirle al pelirrojo que no pasaba absolutamente nada y que volvieran a ser las cosas como antes.

ella se sentó en su cama, recapitulando todo lo que había pasado la noche anterior: el baile, la declaración, la situación con toddy, el beso de onnie y el regreso de golden. rápidamente, tomó una de sus almohadas y ahogó un grito con ella, no podía evitar preguntarse por qué su vida era un drama constante. no pudo contenerlo más y se dejó caer sobre la cama de forma lateral, de modo que pudo observar la mesa de café que tenía a un costado de su cama y en la cual, había arrojado todos sus accesorios al llegar en la madrugada.

de inmediato, su atención se dirigió la broche naranja que el pelirrojo le había regalado. aún podía recordarse a sí misma estar tan emocionada por haber recibido un regalo de aiden, sus conversaciones con bon y lo planificado que su amigo tenía todo para que pasen la mejor noche. días atrás, no se habrían imaginado que las cosas no irían a terminar de la forma que tenían planeado.

observó su broche por un par de segundos más hasta que escuchó un sonido de notificación de messenger. buscó el móvil con las manos, hasta que prendió la pantalla y dirigió la mirada para leer el mensaje. abrió los ojos con sorpresa al leerlo, ¿qué había pasado?

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