Parte 1

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Él y ella se encontraran, digamos que el primer encuentro no será muy bonito, las risas inundaran el ambiente y los ojos de ella se inundaran de lágrimas. Pero aun así, aunque ella intente odiarlo, aunque ella sepa que él no es lo mejor para ella… Como bien dicen, tú no decides lo que sientes, ella lo sabe, cada vez que lo ve siente cosas y no puede evitar sonreír. Pero no olvidemos que en una historia de amor siempre hay una tercera persona, y esta historia no será menos… Esa otra persona siempre estará ahí cuando Michelle tenga malos momentos, y sobre todo desde que la conoció le dijo que ella era preciosa y que empezaba a sentir cosas, él para Michelle será un gran apoyo….

- No por favor, vamos mamá piénsalo mejor- suplique una vez más. -

Ya está decidido hija, ya no hay vuelta atrás. Además, ya estás aquí. Me rendí con mi madre y fui a mi padre. -

Papá por favor, vuelve a meter la maleta en el coche y vayamos a casa. -

Michelle lo hubieras pensado bien antes de cometer esa barbaridad. -

Pero papá, no lo hice- proteste.

Como me molestaba que no me escucharan, que no me creyeran.

Lo pensaste, es lo mismo. Y si no te hubiéramos visto a tiempo… oh dios, ni lo quiero pensar. Mi padre se llevó la mano a su cara -

Papi, estoy cansada- salto mi hermana chica. - Ya falta poco cariño- le dio ánimos mi padre.

Mi hermana refunfuñando, no había conseguido que la llevara en brazos, levantaba las piernas y pisaba muy fuerte. Con 5 años es muy molesta la pequeña. Me miro con sus ojos azules, igual a los míos, teníamos los mismos ojos y el mismo castaño en el pelo. Frunció el ceño y volvió la mirada al frente y siguió andando como antes. -

Tengo 16 años ¡Soy mayor!- dije volviendo a nuestra conversación, cruce los brazos y paré. -

Pues ahora pareces una niña, deja de enfadarte y sigue andando- me dijo mi padre que arrastraba mi maleta. -

¡No soy una niña !- grite y empecé a andar rápido dejando a mis padres y a mi hermana atrás.

Esta bien, quizás en este momento si parecía una niña … Pero ¿a qué adolescente le gusta que la metan en una escuela solo para chicas? A ninguna. Que calor hacía y la escuela tenía que estar arriba de una cuesta. En mi muñeca tenía una liga negra, la cogí y me hice con ella una cola alta, me subí mis gafas tipo nerd, las necesitaba por la vista; como mi nariz es pequeñita se me suelen resbalar mucho las gafas. Resople, seguí andando la cuesta y al final llegue, menos mal que no me han metido en una escuela de monjas. En la entrada había césped y la fachada era de colores vivos, vi a chicas de mi edad y más grande y más chicas, con sus respectivas maletas yendo hacia la entrada. Se notaban que todas eran de familias adineradas, todas iban o con su iphone o su BB en la mano enviando mensajes y otras que solo las llevaban para faldar. Mientras que otras personas les llevaban las maletas, en este momento me avergoncé de mi móvil del año de la mierda… -

Cuando quieres ir rápido, no hay quien te coja…- dijo mi madre y cogió aire. - Yo no puedo más- dijo mi hermana y se sentó en el suelo. -

Cariño ya falta muy poco- le dijo mi madre. - No me muevo- cruzo sus brazos pequeño y saco los labios como un pez, así se ponía cuando se enfadaba. -

Ven canija, yo te llevo- fui hacía ella. Se le cambio la cara, sonrío de oreja a oreja y me extendió sus pequeños brazos.

Tenía 2 coletitas, una a cada lado de su cabeza. La cogí, no pesa nada, es como una pluma. Me la puse en el costado y ella puso su cabeza en mi hombro. - Bueno allí está la recepción- dijo mi padre apuntando un edificio- vamos.

Opposite SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora