Todo me aterra en mis 8 años, el exterior, la soledad, los que me rodean, mis recuerdos, todo se fue con el, todo.
-¿Escuchas, Paula? ¡Despierta!
Volví a la realidad. Desperté y al frente estaba mi madre con una sonrisa que intentaba llenarme de vida como como si todo hubiera sido solo un mal sueño.
- Me asustaste, hace rato estoy intentando despertarte.
- Tenia mucho sueño mami - Ahora me cambio.
- Si amor ya estamos tarde, te esperamos en la puerta.
Me cambie, salí al patio y mirando el cielo aun no creía que tu estuvieras ahí. Nos pusimos en marcha y llegamos a la iglesia.
-Paula ven- dijo mi madre
Me quede parada en frente de la puerta aguantándome las lagrimas que querían correr por mis mejillas no fui muy buena disimulando o tratando de contener mi dolor, hasta que lo deje salir.
Mi hermana me abrazo y aunque también se sentía mal ella si pudo controlarse por mi y mi madre.
Entre a la iglesia, nos sentamos en las bancas de la derecha y empezó la misa. Era en su honor, a mi figura paterna, a mi gran amor que ya no estaba.
Cuando termino la misa del mes que falleció mi padre seguía con dolores en el alma y en el corazón, todo me angustia, no puedo sentirme completa.
Empecé a tener problemas para comunicarme con las personas, no puedo sentir emociones y solo recuerdo todo lo que paso y me siento a llorar en cualquier lado, no puedo contener mis lagrimas aunque todo el mundo me decía que debía hacerlo. No puedo...
Cuatro años después..
Amaneció, han sido cuatro años muy largos- Pensé.
- ¡Buenos días mami! - Salte encima de ella mientras aun estaba despertando.
- Paula, ¿Ya hiciste el desayuno?- Me dijo en tono perezoso y risueño.
- No, pero ahora voy mami- Sonreí mientras la abrazaba.
En estos cuatro años mi madre a intentado ser mi complemento, mi mejor amiga, y siempre me apoyado en todo. Pero siempre tengo ese vacío en mi corazón que por mas que trato de llenarlo con algo no puedo.
-¡Diana, Paula a comer!- Grito mi madre
Ambas bajamos rápido y listas para iniciar un nuevo ciclo escolar.
- Coman rápido que se enfría y ya deben irse- Risueña, mientras nos servía el desayuno.
En este año no tenia tanto miedo como el anterior porque a pesar de mi dificultad para socializar encontré a una amiga, que me ayuda mucho en todo y a la cual amo con todo mi corazón.
Desayune, y salí a tomar mi recorrido, llegue al colegio y en la puerta estaba ella.
-Buenos noches muchacha, ya era hora- Dijo Eva
- Tu tan dramática Eva- respondí con una sonrisa
- Hey chica, este año se vienen cosas grandes lo presiento, ¿Qué tal si primero vamos hablar un rato? No pude verte en todas las vacaciones y te extrañe mucho.
- Esta bien, pero debemos entrar a clases temprano, ¿Escuchaste?
- Charlonas pero responsables, claro que si. - Dijo tomándome del brazo y llevándome hacia la pista.
- ¿Sabes que quiero?- Me dijo, mirando los arboles que nos rodeaban.
- ¿Un pastel de chocolate? - Respondí con risas.