au, único (y nerd).

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dedicado especialmente para mi br0 de wttpd, __nakiri y sus intentos de que deje de procrastinar.
(tal vez haya ooc, idk)
¡ojalá les guste!
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De entre las muchas cosas, quizás más cools, de las que pudo llegar a ser, Sero Hanta acabó siendo un genio matemático de alto nivel. Y nadie se lo esperaba de una persona como él.

Es decir, sus pintas daban un aire más fresco, mucho más juvenil que... eso. Pero mientras otros tenían una gran afinidad con la gimnasia, las ciencias naturales, las comunicaciones; él la poseía por un montón de números que a tantos les parecen muy complicados e ilegibles, logrando resolver cálculos en cuestión de pocos minutos, memorizando varias fórmulas casi sin quererlo.

Y está muy bien así con su vida, ¿por qué no estarlo? A pesar de que este era un secreto a lenguas, su pequeño secreto a lenguas. Hanta no decía nada y nadie preguntaba a menos que sea para pedir apuntes, no por inconformidad sino por no parecer arrogante. Tan simple y llano como ello.

Excepto porque, al tener notas excepcionalmente altas en aquella materia académica, lo había llevado a meterse en un embrollo que no buscó y Bakugō Katsuki no pregunta, ordena. Por lo que, sin previo aviso, acabó uniéndose a él en esas cosas de nerds que el rubio se esforzaba en decir que no lo eran pero que sí son.

En otras palabras, ellos serían representante de su instituto en un concurso matemático no televisado, junto a un gran equipo (de siete extras/integrantes) con los que se preparó por semanas en la casa del rubio gritón.

Y ahora, cuando se encuentra rodeado de cerebritos quizá mejores que él, murmurando sus logros... está un tanto ansioso.

¿Qué tal que jodía a todo su grupo por equivocarse en lo más mínimo? Errores estúpidos, como confundir signos o pasarse algún número. A pesar de demostrar ser alguien tranquilo por lo general, esto era muy diferente a su habitual.

Perder significarían más gritos e insultos del rubio también, gritos a los que ya se había acostumbrado, solo no quería herir su orgullo de-...

—Puff, manga de nerdazos que son estos. No logran intimidar a nadie así —habla el líder del grupo con demasiada confianza y él, en respuesta, bufa con gracia—. Será pan comido.

—Katsu, no hables así de las personas —riñe un pelirrojo, a quien nadie se esperaba que entrara, pero que sorprendió a todos por su cerebro esponja y puff, simp de kiri inteligente 10/10—. ¡Claro que sí ganaremos!

En eso que están esperando a que el asunto empiece, conversando amontonados en asientos con más adolescentes a su alrededor, un grupo conformado por chicos de otra escuela (y una que se mostraba prestigiosa, además) se acerca a ellos, paseando entre las sillas.

Quien parece ser el líder, exclama con furor—¡Hey, no esperaba verte por aquí, Kacchan!

—¡¿Huh?! ¡Mierda! ¡Cállate y no molestes, maldito Deku! —interrumpió, con el histeriquismo de siempre.

—Pe-pero yo s-solo que-quería desearte suer-...

—¡No necesitamos de esas cosas! Tch, ¿no podemos cambiar de lugar? Vámonos lejos de esta chusma —y se paró sin más de su asiento para llevarse a su equipo, siendo regañado por un profesor. Empezando una especie de discusión con gente muy metiche a su parecer.

Sin embargo, Hanta era ajeno a ese quilombo que su compañero se armó en segundos. De entre aquellos nenes fifis, uno le había llamado la atención más que ningún otro.

¡Habla! | SerorokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora