𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒏𝒐𝒕 𝒖𝒏𝒅𝒆𝒓𝒔𝒕𝒂𝒏𝒅.☁️[renga]

ᵇˡᵘˢʰ

"No lo entenderías."

No, no lo entendía y es que Langa desde que tiene uso de razón no ha sido bueno con las indirectas ni mucho menos con leer el ambiente, lo que si sabia es que, desde el retorno del amigo de la infancia de Reki, este último se había estado distanciando poco a poco de él.

Al principio pensó que era bueno que estos dos retomaran lazos quebrados, que compartieran parte de su tiempo contándose anécdotas de lo que había sido de ellos después de su separación, pero esto era mas de lo que podía manejar; Reki hace tres semanas que no caminaba con el de vuelta a casa, no tenían pijamadas como todos los viernes y la cosa que mas tenia molesto a Langa era que no podía patinar con él, con su persona favorita, ese pelirrojo tan ruidoso y enérgico que en ocasiones resultaba bastante afectuoso.

No es como si molestara, todo lo contrario, adoraba cuando Reki se colgaba de sus hombros, le abrazaba por la espalda o enterraba su bonito rostro entre el agujero de su cuello, sin embargo últimamente este tipo de contacto había sido cortado de golpe y sido reemplazado por una ausencia que dolía, porque si, a Langa le dolía el tener a esa persona tan significativa para el tan lejos y a la vez a unos simples pasos.

Desde la primera vez que vio al pelicastaño, creyó que era una buena persona, jamás lo vio como una amenaza o algo así, hasta ahora, cada vez que intentaba compartir tiempo con Reki, este se lo arrebataba delante de sus ojos, abrazándolo con euforia, revolviendo su cabello y lo peor, tomaba su mano tan descaradamente que Langa podía sentir como su sangre comenzaba a hervir de una forma que no era humanamente normal. Sin embargo, todo exploto cuando dijo esa corta frase que comenzó a querer acaparar toda la atención de Reki a como de lugar.

El chico de los ojos tapados solo dijo no lo entenderías, con una sonrisa burlona y dándole un suave beso en el cuello a Reki, quien lo golpeo de vuelta soltando una carcajada, mientras nuevamente se alejaban juntos dejando a Langa atrás.

Extrañaba el calor de Reki, extrañaba que el pelirrojo se recostara en su regazo después de pasar la tarde juntos patinando, extrañaba sentir sus brazos rodear sus hombros con simpatía, extrañaba sentir su aliento sobre su rostro cuando dormían juntos, extrañaba tantas cosas de el que estaba empezando a creer que Reki era un trozo su alma, se sentía tan vacío sin él, tan abandonado y tan-

Celoso.

Claro que estaba celoso, esa persona solo aparece de la nada y hace todas aquellas cosas que Langa moría por hacer y eso lo molestaba profundamente.

Hasta hace un par de meses había confirmado que el skate no era nada cuando Reki no estaba a su lado, por lo que no era raro que lo haya dejado en cierto punto, lo que también había preocupado a su madre, quien estaba acostumbrada a escucharlo hablar de Reki después de la escuela, pero esas conversaciones cesaron y su estado de ánimo volvió a decaer bruscamente.

Reki ahora caminaba con alguien más a su lado, alguien que tomaba su mano sin su consentimiento mientras que, Langa ni siquiera pudo llegar a eso, tan solo le dio un pequeño besito en su mejilla un día mientras dormía en su regazo y se sintió como si hubiera besado una nube.

Reki a pesar de tener muchos raspones en sus mejillas era tan suave, tan delicado y elegante, sus pecas parecían estrellas, Langa podría jurar que veía las constelaciones reflejadas en el puente de su nariz, sus ojos cerrados hacían que sus delgadas pestañas descansaran sobre su piel, sus labios siempre tenían algunas heridas y mas de alguna vez había sido atrapado mirándolas, deseando con todas sus fuerzas poder lamerlas con cuidado mientras un sonrojado Reki cubría su rostro por la vergüenza.

Él era tan brillante y el amaba tanto verlo brillar, amaba escucharlo hablar sobre patinetas, amaba su inocencia absurda, su cabello desordenado, sus sudaderas coloridas, sus ásperos y a la vez suaves dedos que siempre estaban trabajando en su pequeño taller, esos ojos, Dios, Langa creía que en el mundo no había nada mas hermoso que los ojos de Reki, sus ojos transmitían tanta paz, esa paz que Langa busco por tanto tiempo y que ahora le había sido arrebatada.