1. El mar de sus ojos.

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Los rayos del sol entran por la ventana de una manera tenue, tan tenue que parecen casi invisibles el tacto de sus manos al rozar mi piel provoca una corriente eléctrica, el simple hecho de sentir su presencia a mi lado consigue ponerme los nervios de punta, y es que la dicha de sentir la sutileza de su persona, su actitud, su amabilidad, el ver su brillo de sus ojos marrones cuando algo le apasiona es simplemente te indescriptible ; no sé que sucedió, solo se que un día yo me perdía en el inmenso café de su mirada la cual me observaba fijamente cono si contemplase una obra de arte cuando soy menos que eso.

Compartir las cosas con ella es espectacular, por que juntas nos perdemos en en un vaivén de emociones, por que nos complementamos de manera tan perfectamente imperfecta que no hace falta más que una mirada o un roce para saber que algo sucede.

Y es que caigo a sus pies como un sirviente a los pies de una reina, sirviente que está dispuesto a dar la vida misma si así fuese necesario. Los recuerdos de la invaden mi mente consiguiendo hacer a el corazón palpitar fuertemente y una curva amplia se forme en los labios de aquella que escribe esto; y es que ella es tan perfecta, su belleza es igual a la de una diosa, y tener el hecho de aspirar su perfume es la droga más bella que he podido aspirar, y el roce de sus labios la droga más adictiva, tan adictiva que cada que los toco siento volar a las estrellas.

Y estoy completamente segura de que no necesito otro universo, por que de todos los que hay ella es el más bello y ella es mi universo, el universo más bello con tal belleza que es incomparable a la de otros y el único en el que quiero estar.

Todo fue tan raro, tan especial, tan mágico y tan inesperado, de las cosas más hermosas que ha experimentado la persona que escribe estas líneas, tan único que siente perderse en una galaxia, en el mar más profundo, por que ella es mi estrella fugaz, que no ha sido fugaz, por que sea ha quedado a iluminar mi universo a pesar del la inmensa oscuridad.

Lo que no te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora