"Hyunjin tiene la costumbre de siempre piropear a Felix, quien siempre se pone nervioso con todo eso."
🍒 Menciones de JisungIn/SeungIn.
🍒 Capítulos cortos.
🍒 Soft, humor.
🍒 Adaptación de la historia original de @walalista
[Créditos a los respec...
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Después de aquel día en casa de nuestro pequeño Lee, la madre llenó de preguntas a éste, al igual que Hyunjin lo llenó de regalos.
- No es mi cumpleaños, tampoco navidad, ni nada. - Negó levemente, mientras decía eso, y rechazaba el regalo de su mayor.
- Sé que no es navidad, pero ya quiero darte tu noche buena - El menor rodeó los ojos sin entender el doble sentido, que era a lo que se refería el rubio, pues éste pensaba que era por los regalos, cuando el contrario pensaba otra cosa. - Bien, ¿lo vas a abrir?
- ¡Ugh! Usted es tan irritante, pero bien, lo abriré. - Tomó el regalo de mala gana, y al abrirlo se encontró un oso de peluche, no era más grande que su brazo, tenía un pequeño moño de color rojo y para los ojos de Jeongin era hermoso.
- ¡Hyung! ¡Hyunjin hyung le regaló un oso muy bonito! - Se podría decir que sus ojos brillaban al ver el oso.
- Uhm... eso veo. - Miró al rubio, el cual miraba al piso sin decir nada. - Gracias. - Murmuró.
- Bueno, a mi me gustaría que fueras un peluche. - Volvió a hablar el mayor de todos.
- ¿Para qué? - Jisung interrumpió aquella conversación con su pregunta.
- Para tenerte siempre en mi cama. - el pelinegro negó decepcionado por aquel piropo tan malo.
Aunque los tres menores se quedaron completamente confundidos, Seungmin fue el primero en entender de esos tres pero Jeongin y Felix seguían confundidos.
Felix pasó el día entero con su oso, todos decían que era porque le gustaba Hyunjin, aunque el siempre lo negaba diciendo que le gustaba mucho más el oso.
Pero de la nada, la frase que decepcionó a Jisung se le vino a la mente y logró entenderla.
Las clases ya terminaron, por lo que el pelinegro estaba afuera de la escuela, al menor no le costó mucho encontrarlo.
- ¡Hyung! Ya entendi la frase que usted me había dicho antes. - El mayor comenzó a reír al ver la cara enfadada de éste. - ¡No es gracioso! No me gusta que me diga esas cosas.
- Bien, bien. - Rodeó los ojos, ganándose un puchero por parte del contrario. - Pero... ¿Cuál de los dos piropos entendiste?
- ¿Había dos?
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