Primer día.

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Todos los que vivían en la residencia compaginaban sus estudios con trabajo, algunos más formales, otros no tanto, pero la cuestión era que la gran mayoría coincidían en un gran desayuno en la isla del lugar temprano por la mañana.

Aquel lunes era la vuelta al trabajo de Miriam, ella trabajaba de secretaria en un buffet de abogados al que había llegado por recomendación de una amiga ya que su madre era una de las abogadas del lugar. Hacía más de un año que trabajaba allí y los horarios del lugar le permitían compaginar perfectamente sus clases de baile y poder asistir al menos una vez a la semana a las de actuación y a las de canto.

Cuando sonó su despertador a las 6:30 a.m. supo que no podía darse el lujo de quedarse cinco minutos más porque en realidad nunca lo eran, por lo que enseguida apagó la alarma, además para no molestar a su nueva compañera de habitación. Pero la sorpresa se la llevó la gallega cuando vio que Mimi no estaba en su cama y ni siquiera la había escuchado salir "vaya que madruga" pensó Miriam y se dirigió al baño para ducharse y acomodarse para dar inicio a su día. El conjunto para aquel día constaba de una pollera corta tiro alto que se amoldaba perfectamente a su cuerpo y dejaba al descubierto sus largas piernas, y por encima una blusa por dentro, un estilo muy veraniego porque febrero aún se hacía notar en las calles de Buenos Aires. En su trabajo nunca le habían exigido que mantenga determinado estilo de vestimenta, pero a Miriam le gustaba estar arreglada, al menos para eso. El pelo decidió alisarlo, salir con él mojado y con la humedad que había en el aire no hubiesen sido una buena combinación, y el maquillaje lo llevaba natural pero al menos disimulaba su cara de recién levantada.

-Buen día- dice finalmente cuando entra en la cocina, allí ya estaban por desayunar Mimi, el Chino y Delfina quien le hizo un repaso poco disimulado y le regaló una sonrisa a la que Miriam sólo contestó con un revoleo de ojos.

- Hoy vuelves al trabajo?- le pregunta directamente al Chino después de saludar con un beso a todos y sentarse en una banqueta junto a él, quedando frente a la morocha y a la granadina.

-En realidad no, sólo vamos a recibir a algunos proveedores y como soy el que tiene que pagarles, pero hasta la semana que viene tenemos vacaciones- explica.

-Dónde trabajas tú?- pregunta Mimi tomando un sorbo de su café y Miriam no puede evitar detenerse en lo espléndida que está aún con cara de dormida, la granadina lleva una cola baja y algunos mechones caen por su rostro. Es la primera vez que se detiene a mirarla y le parece una chica preciosa.

-En un restaurante- le cuenta- yo me encargo de la caja y esas cosas.

-Es el capo- le dice Delfi a Mimi riéndose.

-Lo dijiste vos- responde el chino levantando sus manos como excusándose pero afirmando lo que dice la morocha y haciendo reír a las tres chicas.

-Y tú Miriam?- le pregunta la granadina directamente a la rubia- trabajas?

-Si- asiente Miriam devolviéndole el mate a Delfina quién está cebando aquella mañana- en un buffet de abogados.

-Que guay-dice Mimi emocionada- claro eso explica que estés tan arreglada no?- pregunta sonriendo y Miriam le sonríe y se encoge de hombros.

-Puede ser- le responde la gallega aún sonriendo.

-Buen día- saluda efusiva Florencia entrando a la cocina y acercándose a todos para darles un beso- cómo pasaste la primer noche rubia?- le pregunta directamente a Mimi mientras le acaricia el pelo.

-Muy bien, gracias- responde sonriendo y la chica le vuelve a dejar otro beso en la mejilla bajo la atenta mirada de Miriam.

Un rato más permanecen los cinco, hasta que Miriam y el Chino salen juntos a sus trabajos y son reemplazados por Lali y Peter que la noche anterior habían dormido juntos.

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