Aquel extraño, miraba fijamente a Tae, viendo su gran impaciencia por ver su rostro.
Tapa tu cara -el extraño dijo serio- si no lo haces, no podrás verme, y te mataré, así que hazlo -serio-
El menos sin saber que hacer, simplemente se tapo la cara, así cubriendo su vista, sin ver nada más que un negro de lo que hacían sus manos, el desconocido conejo psicópata se quitó su máscara y sus orejas, dejando ver su físico
-suspira ondo- ya puedes abrirlos -lame su labio-
Cuando el menor abrió los ojos, miro a un hombre guapo, hermoso, tenía la misma vestimenta que el psicópata asesino tenía, sus ojos eran tan profundos, que si fuera poco, parecían perfectos, ojos que lo miraban fijamente, un físico perfecto, con rasgos tan hermosos.
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Esté soy yo -dijo el psicópata asesino viendo a el pequeño que lo miraba perdidamente, parecía estar enamorado- ahora que me conoces, estoy en peligro, así que tendré que matarte
No no me mates por favor -sus ojos cristalizaron- te lo suplico, por favor
-se acerca y le da un beso- no te mataré sin antes hacerte mío pequeño ángel hermoso......
