No podía recordar con claridad.
Desde hace un tiempo había llegado el director a la sala de personal pero, después de dar su típico discurso de inicio de curso, pasó a presentar a un nuevo maestro que comenzaría a trabajar desde ese día. Y que, por alguna razón, le resultaba familiar.
—¿Qué pasa?
Hyunggu se sobresaltó al escuchar un susurro detrás de él, pero al instante supo de quién era la voz. Izumi, su mejor amiga y compañera de trabajo. Lo último que supo de ella es que se quedó dormida en su escritorio hace más de 20 minutos.
Se enderezó en su silla y giró un poco para verla cuidando de no ser notado.
—El director llegó, y hay un maestro nuevo. —explicó con la voz baja y sin despegar la mirada de enfrente.
—Bien, volveré a dormir.
Hyunggu cerró los ojos y endureció su rostro para contener la risa. Si su jefe llegaba a verlo hablar en plena junta, con su amiga medio dormida y riéndose de sus estupideces, seguramente lo reprendería.
—Mucho gusto, me llamó Adachi Yuto. Voy a ser el nuevo maestro de artes, espero contar con ustedes.
Volvió a prestar atención cuando escuchó al hombre hablar.
¿Adachi Yuto? Repitió Hyunggu en su cabeza antes de perderse en sus pensamientos.
Hizo un esfuerzo por recordar algún momento en el que haya escuchado ese nombre, pero nada vino a su mente. Durante la mayoría de su vida vivió en Corea del Sur, y solamente llevaba dos años en Japón, dudaba mucho que lo conociera.
—Oye, ¡Hyunggu! —Izumi lo sacudió haciendo que casi caiga de su silla.
Asustado, el nombrado recuperó su equilibrio, y sin poder evitarlo preguntó con molestia—: ¿No estabas dormida?
—Lo estaba, pero todos comenzaron a hacer ruido. —soltó un bufido, recargando su mentón en su mano y señalando con los ojos el lugar donde provenía lo que le irritaba.
Todos los profesores estaban rodeando a Yuto en su escritorio. Se presentaban y hacían preguntas amables para que sintiera confianza.
—En fin, ¿vas a querer un café o no? —preguntó Izumi levantándose de su silla y tomando su cartera.
El pelinegro agradeció el gesto de su amiga pero lo rechazó. Sabía que Izumi lo llevaría para que la acompañara pero él quería tener una oportunidad de hablar con Yuto, y saber de dónde venía esa sensación de conocerlo.
♡
Las pláticas y las risas eran el ambientador de esa noche.
Y es que nunca faltaba el profesor que da la propuesta de hacer una fiesta de bienvenida en un bar para tener la excusa de beber, pensaba Hyunggu, no era muy diferente de Corea.
No le desagradó la idea, al contrario, seguía buscando la oportunidad para encontrarse con Yuto. Porque sí, durante todo el turno no pudo dirigirle ni un "Hola".
Era frustrante, pues veía a los mismos profesores de en la mañana convivir con total confianza; mientras que él, no queriendo forzar las cosas o interrumpir con sus labores, confiaba en que en algún momento del día se encontrarían.
—Hey, ¿te llama la atención? —Izumi se inclinó hacia él. Mirando en la misma dirección que el pelinegro.
—¿Qué? No. —negó Hyunggu riendo. Su amiga sonrió burlesca.
—No has dejado de verlo en todo el día, pero no te he visto acercarte. No sabía que eras tímido. —lo empujó levemente con su brazo haciendo que Hyunggu soltara una carcajada.
ESTÁS LEYENDO
the clock ─ yuki.
FanfictionHay demasiada gente cuando el reloj de Hyunggu comienza su conteo, y para su mala suerte, la persona que conoció al detenerse su reloj no se dio cuenta. ¿Qué pasará cuando lo vuelva a encontrar? ¿Qué pasará cuando intente decirle? ¿Qué pasará despué...