El peor día de Shindo Takaishi.
Shinjuku, Japón. 20XX.
La luz del sol matutino atravesaba por la ventana de la habitación, sin importar las cortinas. Dicha habitación no era muy extensa, tan solo había: una cama, un ropero, un pequeño buró al lado de la cama y dos mesas. Cabe decir que el ropero tenías varios cajones abiertos con ropa colgando de ellos, y una de las mesas estaba llena de infinidad de cosas, entre ellas... papeles, basura, cajas de diferentes tamaños, envases de perfume vacíos; una radio grabadora llena de polvo; varios CDs afuera de sus cajas y encimados. Además había un gran espejo apoyado sobre la tabla de la mesa y recargado de la pared. En la otra mesa se veía un soldador, algunos alambres, circuitos integrados, tornillos, bocinas, aparatos desarmados, tarjetas, libros... y cuadernos amontonados, los cuales parecían tener menos polvo que lo demás, probablemente porque esos eran los más usados por el dueño de la habitación, el cual aun permanecía envuelto en sábanas rojas y edredones azules, completamente dormido. Sobre el buró descansaba un reloj despertador de números digitales de luz roja, el cual marcaba las 6:58 AM.
En un abrir y cerrar de ojos el despertador marcó las 7:00 AM en punto y comenzó a sonar. El dueño de la habitación se agitó en la cama y bajo las cobijas se comenzó a mover algo, asomando al fin una mano, que pausó el despertador por diez minutos más... el tiempo pasó de volada para el adormilado chico y el perturbador de su sueño volvió a sonar, ahora el artefacto marcaba las 7:09 AM. La misma mano volvió a pausarlo, las cobijas se movieron hasta que dejaron ver a un chico de diecisiete años, de cabellos negros alborotados, con un corte irregular, y de ojos castaños claros. Su piel era moreno-clara y su complexión regular, bastante aceptable.
—Un día más... —Salió de sus labios en voz alta— me pregunto... ¿cuánto más tendré que hacer esto?
Se levantó y se acercó a los cajones mal cerrados, buscando ropa interior, calcetines y una camiseta blanca. Se acercó a una silla donde estaban amontonadas dos toallas, las cuales tomó, saliendo envuelto en ellas de la habitación.
Tomó un rápido baño que le hizo desaparecer el sueño y cuando volvió a la habitación, el despertador sonaba marcando las 7: 25 AM. Lo apagó y se comenzó a vestir para ir a la escuela. Ya vestido con su uniforme caminó a las mesa llena de envases, y entre todos ellos buscó alguno que aun tuviera algo, cuando al fin se halló un poco de mousse, lo revolvió en sus manos y después lo hundió entre sus cabellos que todavía estaban húmedos por el baño. Aunque sus mechones tenían un corte intencionalmente disparejo, el lo arregló de tal modo que ese corte le favorecía mucho. Sonrió en cuanto miró en la mesa un alhajero color caoba de donde sacó una pequeña caja, cuyo interior guardaba varias piezas de aretes.
—¿Cuál te gusta Tenshi? —Dijo sonriendo hacia el espejo, esperando por unos segundos— Lo mismo pensé —se respondió enseguida tomando un arete con un pequeño cristal rojo el cual se colocó en la oreja izquierda. Ahora si estaba listo. Por último tomó su mochila y salió de la habitación con esta, sin consultar lo que iba adentro.
Llegó a la cocina observando a sus padres sentados en el comedor, desayunando.
—¡Buenos días! —Saludó con una enorme sonrisa, aunque no parecía ser una sonrisa sincera. Sin esperar respuesta, caminó hasta el refrigerador; sacó un cartón de leche y con el en sus manos, llegó hasta la alacena de dónde sacó un vaso para servirse el líquido blanco.
Apenas y su madre alzó la vista para verlo.
—Otra vez estas tarde —fue todo lo que dijo.
El chico se acercó a la mesa bebiendo su leche.
—No soy el único —dijo con sarcasmo y ahora su sonrisa era burlona.
Ante ese comentario, su padre se alzó de la mesa, antes de que él chico llegara más cerca de él.
ESTÁS LEYENDO
Sentimientos Errados (Original)
RomanceDespertar un día cualquiera puede ser el inicio del peor día de tu vida, “siempre habrán días malos”, pensaba Shindo Takaishi. Cuando tienes 17 años y tus padres te ignoran después de contarles que eres bisexual, sólo te quedan dos alternativas: Llo...