Capítulo Único

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Hace siglos fueron creadas unas joyas mágicas que concedían poderes extraordinarios, los prodigios. A lo largo de la historia, los héroes han utilizado estas joyas para el bien de la humanidad. Dos de estos prodigios son más poderosos que los demás, los pendientes de Ladybug, que otorgan el poder de la creación, y el anillo de Chatnoir, con el poder de la destrucción. Según la leyenda, aquel que controle ambas joyas a la vez conseguirá el poder absoluto

-Quiero ese poder Nooroo, quiero esos prodigios. - el hombre con la voz más terrorífica y siniestra que podría haber, le hablaba a la pequeña criatura parlante llamada kwami.

-Pero, nadie sabe dónde se encuentran- Nooroo, tenía unas alitas de color morado que revoloteaban alrededor del hombre con un tanto de temor, una característica de su poder se incrustaba en una marca en la frente en forma de espiral

-Yo te encontré pequeño Nooroo, tu prodigio... recuérdame tus poderes...- el hombre de cabellos plateados acariciaba levemente una imagen que, desde hace rato, llevaba en la mano.

-El broche de lepidóptero concede un superpoder a una persona y la convierte en tu campeón. - El pequeño bichito comenzó a relatar sus funciones como su portador le había mandado, incapaz de negarse ante su amo.

- ¿para qué vamos a crear superhéroes cuando podemos convertir-los en supervillanos? -

-Pero, maestro los prodigios no fuero no fueron creados para hacer el mal- se detuvo cuando empezó a gritarle.

- ¡Quiero el poder absoluto! - su voz aún más terrorífica que antes lo asustaba demasiado como para quejarse. - ¡Tu poder está bajo mi control! - lo señaló y Nooroo solo pudo encogerse sobre sí mismo si es que podía. - ¡Soy tu maestro!¡Y me obedecerás! -

-Si, maestro. - Solo podía someterse ante el mandado. Asumiendo que sería el esclavo de su portador.

-Nooroo, alas de la noche. - la pequeña mota morada se incrustó en el broche de su maestro para trasformar-lo. Cubriéndole con un traje morado y plateado que representaría su figura. La figura de un villano. -De ahora en adelante, me haré llamar lepidóptero. -

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Otro de los Kwamis, se revolvió en su lugar. El pequeño en forma de tortuga se asustó y corrió con su maestro. El guardián de los prodigios.

-Maestro, maestro. - La pequeña tortuga voladora tenía un rostro miedoso, casi como si hubiera captado lo peor del mundo.

- ¿Que sucede Wayzz? -

-Se trata de Nooroo, sentí su aura. - el rubio se alarmó al oír aquel nombre.

-Caramba, pensé que se había perdido. - se llevó una mano al rostro, como si pensara en alguna solución.

-Su aura es negativa, quizás haya caído en manos de un poder oscuro. - las pequeñas manitas verdosas se movían temblorosamente, su amigo el kwami de la mariposa estaba en malas manos.

-Hay que encontrar a Nooroo y a su prodigio, si cayeran en malas manos quien sabe los males que asolarían al mundo. - dictó -A transformarse ¡Wayzz! - El hombre tosió fuertemente antes de pronunciar las palabras de transformación. cayéndose de redondo al suelo debido al esfuerzo, y sangre salió de su cuerpo al toser.

-Pero maestro, cuidado, ya es mayor. -

-Soy joven, solo tengo ciento ochenta y seis- se movió por la habitación hasta encontrar una ranura en la pared que le permitió sacar la caja de su escondite -Aunque... tienes razón, no puedo yo solo, necesitaremos ayuda. - Dos joyas en específico resaltaron sobre las demás, y el maestro sabía que esas serían las que le brindarían su ayuda.

Miraculous Ladybug (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora