✿Minnie Kitten✿ (Kookmin)

「cap 1」

¡Pov Jungkook!

Una vez que escuché la alarma sonar, exalé todo el aire de mis pulmones. Por fin el día había acabado luego de tanto trabajo. Sientía que en cualquier momento mis músculos iban a explotar.

No veía la hora de llegar a casa y dormir hasta no despertar jamás.

El trabajo de un empresario es algo sumamente agotador aunque no lo crean. Me paso el día planificando, organizando, dirigiendo y controlando la empresa, negociando, conectando diferentes mercados de clientes y proveedores y liderando equipos de trabajo. Esas son algunas de las tareas que hice hoy.

Recogí todos los papeles y los guardé en mi maletín. Antes de salir, me pasé las manos por el traje alisándolo para que quede libre de arrugas.
Recuerdo la voz de mi padre repitiendome una y otra vez que la apariencia de una persona es lo más importante. En especial para una persona tan importante como yo, reconocida en todo el mundo y con una reputación que mantener.

Salí del edificio y me subí a mi Mercedes para comenzar el camino a casa. Aunque no lo crean, no tengo un chofer que me lleve a todos lados; ni cientos de mucamas que me atiendan las 24 horas del día, a pesar de vivir en una gran mansión. Aprecio mucho la soledad. Soy un hombre que ama hacer las cosas por si solas sin depender de nadie, a pesar de todo el trabajo que tengo. Y disfruto vivir solo, sin la compañía de nadie.

Aparqué el coche en el estacionamiento de casa y saqué las llaves de mi bolsillo trasero; pero mientras abría la puerta, unos ruidos extraños provenientes de la cocina me alertaron.

Me quedé tieso sin saber que hacer. Como ya dije antes, vivo completamente solo, así que lo primero que piensé fue que se trataba de algún ladrón.

Cerré la puerta lentamente procurando no hacer ruido, y comiencé a caminar hacia la cocina.

Me imaginaba que al llegar, encontraría a un tío robándome los adornos de oro, los relojes o floreros tal vez, pero nada parecido a lo que mis ojos presenciaron: una pequeña figura de espaldas a mí devorando apresuradamente todo lo que había en mi nevera.

Pero eso no era lo que más me impresionaba. No joder, ojalá hubiese sido eso. Tampoco era el hecho de que se encontraba completamente desnudo. Si no que podía apreciar perfectamente una larga cola gatuna cayendo de su trasero, la cual se movía de un lado a otro lentamente. Mis desorbitados ojos se dirigieron a su cabeza y pude notar también, dos orejitas punteagudas asomarse de su cabello.

Que. cojones.

Tampoco me esperé cuando se dió la vuelta y sus pequeños ojitos se abrieron tanto como los míos al verme. Gritó de una forma tan aguda que tuve que llevar las manos a mis oídos para  cubrirlos.

El niño simplemente lanzó la leche que estaba bebiendo, provocando que esta cayera al suelo y todo su contenido se desparramara y huyó fuera de la cocina.
No me importó el desastre que había causado y simplemente corrí tras él.