❛ look ❜ ⚘ namon

Look

—Amor, tengo algo que mostrarte. 

Nanon pausó su videojuego y fijó su vista en Jane, su novia. Abrió los ojos desmesuradamente y su teléfono se resbaló de sus manos como si estas fueran de mantequilla al observarla, jamás habría pensado que sería capaz de usar un atuendo como ese. Su mente quedó en blanco y no supo qué decirle, tras limitarse a observarla y pensar un momento, habló; se abofeteó mentalmente de inmediato por preguntar algo evidente.

—¿Compraste... lencería?

—Estaba pensando y... un poco de acción no nos vendría mal, ¿no crees? —Mordió su labio seductoramente a la par que posaba una mano sobre su cintura. Nanon alzó ambas cejas, su expresión reflejaba cuán sorprendido y confundido se hallaba por su repentina actitud.

—La verdad es que... —Observó su entrepierna; seguía lánguida, inafectada por la atractiva figura frente a él. —No creo que sea el momento.

—¿Cuándo será el momento entonces? ¿Cuando tenga cuarenta? ¡Llevamos mucho tiempo juntos y...! ¡Dios mío! Nanon, ¿siquiera te provoco una erección? —Apuntó a su entrepierna con su dedo índice. 

—Eres mi novia y la mujer más hermosa que he conocido en mi vida, mi mente y cuerpo lo saben, por supuesto que sí. Es solo que no considero que sea el momento adecuado, eso es todo.

Mintió, claro que lo hizo. Se sentía realmente frustrado por el hecho de que su novia no generara ninguna reacción en él, ni siquiera cuando portaba un traje tan provocador como en ese momento. No poseía ningún problema y su orgullo lo agradecía mucho, así que no entendía qué había mal en él. 

—Esperaré dos años más entonces. Descuida, lo sé, ya llegará el momento.—Bufó y se retiró de la habitación notablemente molesta. 

—Maldición, ¿qué diablos te pasa, amigo?—Cerró los ojos mientras apoyaba su cabeza en el espaldar del sofá. Duró unos cuantos segundos en esa posición, hasta que su teléfono comenzó a sonar y el tono personalizado le indicó que Chimon lo estaba llamando; se agachó con rapidez, lo cual lo hizo sentirse mareado, y se apresuró a contestar. Sonrió al escuchar la suave voz de su mejor amigo tras la línea. 

—Hey. 

—Hey. 

—Los chicos quieren reunirse y hacer una pequeña fiesta privada, ¿vendrás? 

—¿Acaso tengo otra opción? 

La melodiosa risa de Chimon lo hizo afianzar su sonrisa y reír levemente. —No, no la tienes. Quiero ir y sabes que no iría sin ti. 

—Te recogeré a las cinco. 

—¿Por qué tan temprano? Quedaron en reunirse a las ocho. No quieren que dure hasta muy tarde pero tampoco la harán súper temprano. 

—Vamos por unos helados primero, ¿qué te parece? 

—Tentador. ¡Te estaré esperando! 

—Nos vemos luego entonces. —Colgó y se levantó en búsqueda de Jane aunque terminó cambiando de decisión a la mitad del camino, debía darle su espacio. Después de todo, estaba siendo bastante egoísta. Decidió salir del apartamento y enviarle un mensaje avisándole que no llegaría a casa esa noche, probablemente terminaría llevando a Chimon a casa y se quedaría a dormir con él por simple flojera de conducir hasta la propia. 

—Faltan dos horas, ¿qué diablos haré en dos horas? 

Comenzó a caminar sin un destino fijo hasta que llegó a una zona comercial, y comenzó a observar los escaparates de las tiendas sin verdadera atención, cuando de repente visualizó una en específico en la que había ropa muy parecida a la que había usado Jane. Barrió el lugar con su mirada y observó sorprendido a un chico con un traje de mujer en sus manos, enseñándoselo a otro que posaba su mano en la cintura del susodicho; se preguntó qué tan normal era para las parejas homosexuales usar esas cosas en la actualidad y, extrañamente, la idea no le resultó rara. Es más, sintió curiosidad sobre qué tan bien se vería algo como eso en un chico.