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Carl estaba recostado en el suelo con nada más de ropa que su camisa y el sombrero de Sheriff que anteriormente perteneció a su padre, mirando fijamente al hombre que estaba frente a él. Lo provocaba. Su joven mente se rehusaba a aceptar que todo eso era un error frente a los ojos de la escasa sociedad que quedaba; un supuesto homicidio a la inexistente inocencia de Carl.

Daryl contemplaba su cuerpo, blanco como papel y con unos matices rosados elegantes pero enfermizos, como si fuese la obra de arte más melancólicamente hermosa y prohibida que hubiese visto, a la vez que contemplaba esa pequeña flor amarilla; esa misma flor amarilla que simbolizaba una parte de Carl, la misma que iba pudriéndose lentamente y tomando un tinte más rojo que antes.

-¿Estás seguro de que quieres hacer esto?-susurró Dixon, aún recorriendo la anatomía del otro con los ojos-

Grimes sintió un escalofrío y un vacío extraño y temporal en el estómago; no sabía si eran mariposas o si quería vomitar.

-Sí-afirmó, casi en un quejido-.

El mayor se acercó a él y lo cargó; el menor volvió a sentir esa extraña sensación al éste tocarlo con ambas manos que estaban más calientes que su cuerpo. Luego, lo sentó en su regazo y comenzó a besarlo otra vez, lentamente. Carl podía sentir el bulto que intentaba escapar de los pantalones de Daryl chocar con él, por lo que comenzó a mover las caderas.

-Dios, Carl...

El mencionado se apartó en seco, se acercó a su entrepierna e intentó desabrochar, de una manera algo torpe, los pantalones de Dixon; sin mucho éxito.

-Sabes que yo puedo hacer eso, ¿no?

-Cht-lo calló con una mirada desafiante-, yo lo hago.

Finalmente logró hacerlo, por lo que bajó un poco los pantalones del contrario y comenzó a quitar lentamente esa suave capa que era su ropa interior; al hacer eso, sintió nervios, pero ansias de ver la intimidad de Daryl. Quitó la tela completamente y la erección casi saltó en su cara, haciéndolo reír un poco. No podía resistirse, había soñado con algo así con él desde que comenzó a atravesar la pubertad; puso una mano alrededor del miembro y admiró cada detalle, cada vena marcada, cada pequeña gota de sudor que lo hacía brillar. Lamió la parte superior tímidamente y luego miró a Dixon, que tenía toda la cara roja y miraba lo que hacía con unos ojos azules sedientos de éxtasis, sedientos de Carl.

El pequeño bastardo sonrió y volvió a treparse al hombre y a sentarse en su regazo, esperando un movimiento de éste. Le tomó un momento recomponerse de lo que le acababa de suceder: el toque de la intrigante lengua de Carl en su ser, misma lengua que usualmente pronunciaba su nombre mientras Carl tenía momentos de exploración corporal en secreto.

Daryl lo apartó, dejándolo tirado frente a él con las piernas abiertas de una forma diabólicamente tentadora, permitiendo ver que Grimes también tenía una erección. escupió en su mano para luego esparcir el improvisado lubricante sobre su miembro y en el suave y rosado trasero de Carl.

-Claramente eres virgen-mencionó con una sonrisa, mientras aún movía sus dedos mojados, haciendo que Carl se retorciera un poco de placer-.

-¿Y qué?

-Y nada. Es algo tierno-dijo, arrepintiéndose inmediatamente por lo horrible que sonaba al decírselo a un chico casi treinta años menor-. No quiero lastimarte.

Grimes quitó la mirada de sus hábiles manos y lo miró directamente a los ojos.

-¿Y tú? ¿Has tenido... sexo... antes?-preguntó Carl, algo avergonzado de haber ocupado tal elección de palabras frente a un hombre como Daryl-

escondite [daryl dixon x carl grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora