Capítulo I

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Sirve al cliente para que él te sirva a ti. Leyó por tercera vez el cartel colgado al fondo de su casillero, de un manotazo cerró con fuerza la puerta haciendo resonar el metal por la habitación.

Entendía perfectamente aquellas palabras que meses antes debió tragarse junto al orgullo para poder complacer a otros, ajustó sus largas orejas y se aseguró que la cola esponjosa adherida al diminuto short no tuviera posibilidad de caerse durante la noche de aquel viernes.

Conforme se colocaba los botines de tacón bajo pensaba en cómo terminó trabajando en dicho sitio, todo gracias a la idea de la tonta con ojos de mapache que tenía por novia su mejor amigo Kirishima. El momento se volvió nostálgico al recordar más de lo debido...

Bakugou Katsuki el ticket de avión no mentía. Por fin después de tanto tiempo se encontraba en lo que ansiaba fuera su nueva vida.
Nunca había sido un tipo al que le gustaran las cosas fáciles, por ello cuando su amigo de casi toda la vida Kirishima Eijiro le propuso viajar al otro lado del mundo para iniciar desde cero no dudo en negarse, busco una beca de intercambio y todos sus anhelos.

Que pronto pasaron esos meses—. Suspiró. Tras el rompimiento de su relación amorosa con Camie, compañera de universidad y vieja amiga, se encontraba a escasos metros de aquellas puertas eléctricas que le permitirían el abordaje a los Estados Unidos. 

Pelos de mierda más vale que tengas algo bueno para mí o juro que te arrancaré la estúpida cabeza del cuerpo —. Gruñó para finalizar la llamada. Los últimos rayos de sol bañaban su rostro haciendo brillar aquellas gemas que poseía por ojos.

Los altavoces llamaron al embarque y tras esa larga fila de extras pudo encontrar su asiento, nada lujoso para su desdicha. Bakugou aún se dedicaba a la universidad por lo tanto simplemente no podía darse el lujo de andar desperdiciando los pocos centavos que le sobraban.

Observó el letrero con el nombre del aeropuerto sobre uno de los edificios y resopló resignado al abandonar todo lo que conocía, su pequeña familia, casa, algunos amigos y calles para enfrascarse en un nuevo mundo…

Bakugou —.La voz del inútil rubio que se las gastaba de diva en el sitio y su gerente le sacó del letargo.— Es tu turno querido —.Gruñó en respuesta sin siquiera mirarlo, seguro tendría bastante maquillaje encima y brillos por toda la piel como era costumbre junto a ese jocoso conjunto de conejo rosado repleto de holanes.

La pantalla en la salida le avisaba de la mesa que solicitó de su atención.— ¡No lo arruines cariño! —.Escuchó y pronto la comodidad del vestidor se volvió un río de chicos vestidos en lindos trajes de conejito que iban y venían algunos con tragos, platillos e incluso servicios más especiales.

De nueva cuenta un tío mayor a él, de aproximadamente unos 38 años, barba cerrada, pasado de peso y con traje de lujo. Katsuki sintió asco de solo verlo, pero su mano derecha con anillo de oro por lo menos 18 quilates e incrustaciones de piedras preciosas le hicieron sonreír de medio lado.

¡Bienvenido amo! —.La rasposa y molesta voz que usualmente empleaba tenía que convertirse en una dulce capaz de funcionar como un afrodisíaco para extraerle al idiota la mayor cantidad de dinero posible, así funcionaba el local. Ellos hacían a los clientes gastar buenas sumas y con ello recibían comisiones, las de Bakugou no eran tan malas pero siempre podrían mejorarse ¿no?

 Ellos hacían a los clientes gastar buenas sumas y con ello recibían comisiones, las de Bakugou no eran tan malas pero siempre podrían mejorarse ¿no?

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