Capítulo III

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El olor a tierra húmeda tras la llovizna permanecía en la jardinera frontal de la pequeña casa donde residían. Dejó caer las llaves sobre la mesa del recibidor y pasó de largo a la animada pareja que aún a esas horas de la madrugada tenían tiempo para conversar. Definitivamente eran el uno para el otro, pensó Katsuki sin darle importancia a la mención de alguna tontería.

Mataré al imbécil que se atreva a despertarme ¿entendieron? —. advirtió mientras tomaba una botella con agua de la nevera.

No esperó una respuesta, arrastrando los pies dejó un camino de objetos y ropa por el pasillo.

Que todos se vayan a la mierda. Su noche se fue al demonio cuando el maldito peliverde llegó. Se tiró sobre el edredón tan pronto como puso un pie en la habitación, un ligero suspiro escapó de sus sonrosados labios.

¡Carajo! Debí aceptar en cuanto lo dijo —. se recriminó.

Sujetó la almohada y golpeó con ella la estantería de pequeños trofeos y algunas fotos .— Recuerda Bakugou, el cazador espera a la presa —. Sonrió satisfecho. Y vaya que lo haría sufrir, entendería la diferencia entre la gallina de Shochan y él.

El cansancio y sueño hicieron lo suyo llevándolo a dormir tan pronto como los deseos compulsivos por cambiar lo que había hecho se esfumaron al abismo profundo en su mente.

¿Estás seguro? —. cuestionó Ashido mirando a su pareja.

— Sí —. afirmó al abrazarla por la espalda para pegarla a él .— Sero me lo dijo, parece que Shoto y ese tipo volvieron a pasar la velada, los vio despedirse. Pensé que Bakugou estaba sumamente interesado en encontrarlo —.

— ¿Entonces no se encontraron? —. volvió a preguntar como si no creyera en lo que su novio le informaba, claro que Kirishima jamás le mentiría pero le era imposible considerar que Katsuki se rindiera en atrapar a ese tipo tan pronto.

No, ahora deja en paz a Bakugou o me pondré celoso —. dijo sobre su hombro al tiempo que lo besaba. Mina se rió y acarició sus mechones rojizos.

— La comida con el señor Smith el día sábado a las 3, acomodala el viernes —

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La comida con el señor Smith el día sábado a las 3, acomodala el viernes —. llevó la mano a sus rizados cabellos para acomodarlos nuevamente hacia atrás y sonrió al espejo.

¡¡Eh!! —. tragó la chica de cabellos negros en cola de caballo y traje de tono bermellon.— ¡Joven Midoriya pero esa cita la confirmamos hace 3 semanas! Además los viernes usted…

El chico enfocó su mirada esmeralda en la asistente que permanecía abrazada a la tableta electrónica contra su pecho expectante por el comentario de su jefe.

Ese viernes no iré a ningún sitio —. sonrió alegre y giró sobre sus talones para tomarla por los hombros.
 
La mujer era más alta que él aun llevando zapatos de tacón bajo .— Vamos Momo, tu reputación como la mejor asistente corporativa no puede irse por la borda, confío en que lograrás hacerlo entrar en razón y ayudarme —.

CONEJO RABIOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora