Capítulo Único

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―Señor Prusia, aquí están las galletas que me pidió.

―Eres rápida, Hungría.

― ¿Qué hiciste con Hungría? ―Francia, por parte de España y de él mismo, pregunta desorbitado por lo que ve. Al principio no le creyó cuando recibió la llamada de invitación de Prusia a una junta del trío después de la junta del G-8, le parecía una total y absurda broma sin sentido. Decirle que estaban invitados era una cosa, pero decirle que Hungría los atendería, ¡era otra cosa!

Había llamado inmediatamente a España a confirmar si Prusia le dijo lo mismo y si era una broma. No era broma, era enserio. Para creerlo, fueron a la casa de Alemania, viendo con sus propios ojos a Hungría, atendiéndolos. Claro, Hungría es amable, bonita, agradable, simpática, extraña en ciertos gustos, pero es amable, ¿qué era lo extraño? ¡Era extremadamente amable!, más que Liechstentein. Era y es una copia superable de Liechstentein. Japón la denominaría dentro de la categoría Moe, sobre todo con esas prendas tan...tan...kawaii.

Prusia tiene una gran sonrisa súper extendida y asombrosa por su gran logro, ¡el mejor logro de todos! Y fue muy fácil para alguien como él, porque es asombroso.

Amansó a Hungría. Como lo oyen, la amansó. Dócil. Manejable. Obediente. Sumisa. Como quieran llamarle.

España parpadea y sacude la cabeza, pensando que está dentro de un sueño contagiado por su amigo prusiano. Pero no. Hungría deja la bandeja con galletas sobre la mesita de noche, al medio de los dos sofás. En uno sentado Prusia, en el otro los otros dos en plan de "No puede ser cierto, será el fin del mundo".

Es que, esto es inusual. Es como decir que Francia entrará al convento y Austria se hará un mohicano de color verde e irá fumar cannabis con Holanda.

― ¿Le hiciste escuchar y torturar con Gloomy Sunday? ―es turno de España antes de dar un sorbo a su botella individual se cerveza helada, esa es su única explicación.

Prusia niega con la cabeza, cruzando una pierna sobre la otra. Les explicará como sucedió todo después de pedirle a Hungría que se retire y haga algo productivo como lavarle la ropa.

No es posible que la húngara obedezca. La normal Hungría le hubiera dado un sartenazo.

―Tú lo dijiste pequeño aprendiz del asombroso yo, la normal Hungría. ¡Esta es la nueva Hungría 2.0! ―jacta radiante hacia el español― Puedes usar este método en tu Romano. ―guiña un ojo dejándolo pensativo. Podría tomar su método de amaestrar al italiano sureño si supiera cómo lo logró Prusia.

Cuando Hungría se retira bien calladita, Francia ladea la cabeza, la ladea más, y más, y más para mirarle debajo de la falda.

Prusia frunce el ceño y tose gruñendo el nombre del francés. Éste regresa sirviéndose más vino por lo desconcertando que es todo. Y pone oídos a la historia de Prusia.

Fue a las cinco de la tarde. Austria en compañía de Hungría, vinieron a la casa de Alemania a pedirle ayuda con la tablet que se le quemó al primero, explicando que esa cosa tecnológica lo puso de los nervios y además no comprendía lo que era bajar un software para jugar un juego de piano online. ¿Cómo iba a bajar eso?

Alemania suspiró y no le quedó más remedio. Austria le entregó la tablet, sentándose los tres en la mesa del salón. Mientras que el alemán examinaba, Austria pidió un café que se lo trajo Italia del Norte, quien también se unió a mirar cómo arreglaba su fortachón novio la tablet. Él también tiene una tablet, tiene juegos muy divertidos de cocina. Austria le preguntó cómo se hacía para bajar un software para poder jugar a los juegos de piano, que básicamente no era lo mismo que un piano en persona. Tocar y sentir la suavidad del teclado.

Hungría 2.0 -Hetalia, PruHun-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora