CREMA DE ESTRELLAS ⠀‹⠀vk

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Cerró los ojos una vez más, y suspiró, sintiendo como unos cálidos labios se posaban en los suyos por tercera vez. Se separó.

— ¿Estás seguro de esto? — Dijo, a un volumen un poco alto para que sus palabras fueran escuchadas.

Su alfa sonrió intentando tranquilizarla. — ¡Claro que sí! Ve y disfruta del verano. Los chicos seguirán sanos y la casa estará completa para cuando vuelvas. Lo prometo.

Miró a su madre y ella hablaba sobre algo con la pequeña (no tan pequeña) Dahyun, luego sacó un caramelo de su bolso y se lo pasó a la chica a escondidas, la menor riendo como si eso fuera una travesura.

Negó con la cabeza y bajó la vista hasta sus maletas, habían llegado hace un rato al aeropuerto y seguían esperando a que su vuelo saliera. La espera le hacía sentir inseguridad. Esto no parecía una buena idea del todo, aquel sentido extra que desarrolló con el tiempo se lo decía. Ellos podrían ahorrar durante un tiempo, elegir un destino, comprar los boletos y sería-

— ¡Ese es nuestro vuelo! — Su madre la tomó del brazo y prácticamente la arrastró, apenas dándole tiempo de tomar su equipaje.

— ¡Adiós! — Jieun sonrió, más por la ansiedad que por felicidad, sin embargo. — ¡Adiós Dahyun, Hyunjin, Yeji, Jisung, Jungkook! ¡Los extrañaré! — Agitó su mano en dirección a su familia, quienes le miraban con grandes sonrisas. Jungkook tenía al bebé en una carreola, los mellizos (Yeji y Hyunjin) tenían puestas sus mochilas con correas que el alfa sujetaba en sus manos, y Dahyun, siendo la mayor, estaba de pie tranquilamente junto a su padre.

Su madre -una alfa ya mayor- se carcajeó a su lado. — Deja de llorar, — Exageró. — Ellos estarán bien. Para cuando vuelvas, él será un verdadero padre y un dueño de casa. — Ella pasó un brazo por los hombros de su hija y palmeó ligeramente mientras siguen caminando con gran velocidad. — Ya sabes, quizás ahora se tome en serio lo de cuidar a su hijos.

— Mamá...

— Nunca me gustó ese alfa para ti, hija.

— Mamá.

— Desde que nos dijiste "Mamá, papá, estoy embarazada" pero él ni siquiera era tu novio, supe que algo estaba mal.

— ¡Mamá, por favor! Si voy a estar casi un mes contigo a solas, que no sea para que me saques cosas en cara.

La alfa rió. — Aún así, espero que él madure algún día.

— Es un hombre maduro. — Suspiró Jieun, arrastrando su maleta con más fuerza.

— No lo creo, apenas cumplirá los veintiséis años. Tu padre no maduró completamente hasta que llegó a los cuarenta.

— Está bien...