Primer vuelo.
¿Dónde estoy? -.
Marie, una pequeña niña, rubia de ojos color aceitunado, de labios finos y unos resplandecientes dientecillos que combinados hacían la sonrisa más fascinante de todas; despierta en un mundo al que le podríamos decir, un mundo de fantasías. A su alrededor, un tupido bosque, árboles colosales con brillantes colores, a lo lejos, en la cumbre de un acantilado, discurria una cascada luminosa, el cielo iridiscente era el sendero por donde viajaban inmensas aves jamás vistas. Bajo sus pies, una tierra fina que cubría sus pequeños dedos, podía respirar aquel aroma que traía la brisa con tantas ganas que podrían estallar sus pulmones.
A su lado, dormitaba un chico de pelo castaño, era hermoso y Marie lo notó en el primer instante. Su corazón comenzó a palpitar como si quisiera escapar de su pecho, una sensación de éxtasi recorría varios mundos bajo su piel, ahí, sacó su primera esplendorosa sonrisa. Pero nada de eso podría más que la ingenuidad de un niño, a lo que respondió a esa ola de emociones de una manera bastante madura.-¡Hey, despierta! - le vocifera removiendo su cuerpo con su pie derecho.-¡Despierta-.
-¿Qué? ¿Dónde, dónde estoy? - pregunta el niño alarmado, mostrando sus ojos color carmesí .
Marie, impresionada al ver que aquel chico ahora era aún más bello, pero una vez más, espanta todas esas sensaciones.
-No lo sé - contesta más calmada-- pero en realidad no me molestaría quedarme aquí, todo es tan bello, es tan bonito.
-Si, es verdad, por cierto, me llamo Josef.¿Y tú?
-Marie.
Josef, alucinado, empieza a apreciar aquel lugar fascinante, los árboles, la cascada, el cielo; empieza a sentir el efecto placebo, felicidad, cada vez que respiraba se llenaba de regocijo, solo se oía el estruendo del agua al caer desde el precipicio y el follaje de los árboles. Sentía paz, no habían pasado no más de diez segundos y en su rostro se notaba una pintoresca sonrisa. Mientras el observaba eufórico el paisaje, Marie, admiraba la belleza de Josef, y para crear una costumbre, aleja esos pensamientos epicúreos con otra pregunta.
-¿Crees que debamos buscar a nuestros padres?
-No lo sé, quizás debamos seguir solos, es radiante este lugar, es mágico, además, así no nos regañan. Quizás debamos ver que otras cosas hay. ¿Vamos?
-Si- contesta Marie algo dudosa.
Josef le toma la mano y comienzan su viaje.
Caminaban, por un estrecho trillo que llevaba a la cascada, mientras, que en su pequeño camino, se veía como una corriente de viento hacia danzar a los árboles, desprendiendo de sus ojas centellas y rayos de colores, pequeñas aves recitando poesías al viento con afán, una brisa hacia llegar a sus oídos un sonar melifluo que pareciera ser cantos de ángeles del cielo; aquel lugar te hacía sentir en el paraíso, no he estado allí pero aquí no sería tan bello. Era el mundo de fantasías que siempre había escuchado, sin más, era inefable, con el tiempo sería un recuerdo inmarcesibles donde siempre quedará el rescoldo.
Mientras más caminaban, más cosas asombrosas sacaban el brillo de sus ojos y, sin soltarse las manos, se miraron y corrieron hacia la cascada soltando carcajadas, ansiosos por llegar a la cúspide del acantilado.Al llegar, encuentran un camino por una colina la cual les llevaría hasta lo más alto, allí donde podrían visualizar todo el paisaje. Allí estaban, los dos pequeños niños, Marie y Josef, sentados en el borde del acantilado, a su lado, estaba la catarata.
-Es muy lindo el paisaje - dice Marie asombrada-.
-Si, lo es. Esta vista es perfecta para pasar las tardes. ¿Crees que podríamos volar si saltamos?
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Historias por las cuales sigo soñando despierto.
Short StoryUn libro con un variado de cuentos de fantasías, horror, entre otros. Espero y les guste.