Esa que con el pelo de leona; rizado, enmarañado y tremendamente sexy da la sensación de que es una fiera, de las que arrancan la ropa sin piedad, de las que dejan huella y marcas. Qué esperas ansioso que se meta en tu cama para hacer locuras. Esa que inicia los sábados con un cubata y termina los domingos con un peta. Esa que aún seguía inspirando a la estatua de Bécquer. Esa que bailando emboba, que quita el aliento con tan solo observar su cuerpo, que no te puedes resistir a ella, que terminas suplicando que te quite toda la ropa, que es la fruta prohibida; puro morbo, o vicio, como quieras llamarlo. Que sonriendo enamora, la que va con la cabeza bien alta, tanto como sus tacones. Esa que antes de morir vive, y lo hace improvisando. Que puede parecer una muñeca, pero no es ningún juguete.