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Una madrugada llena de sangre derramada y algunos cuerpos sin vida sobre el frío suelo  aconteció en Konoha tras ser atacada y salir victoriosos, siendo Kakashi quien derribó al último de ellos

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Una madrugada llena de sangre derramada y algunos cuerpos sin vida sobre el frío suelo  aconteció en Konoha tras ser atacada y salir victoriosos, siendo Kakashi quien derribó al último de ellos. Faltaban tan solo unos días para el  nombramiento oficial del nuevo Hokage y como el hombre contaba con bastantes enemigos fue esa la razón del ataque, todo para evitar que se convirtiera en la máxima autoridad.

Tras el enfrentamiento, todos se marcharon a casa nuevamente pues siendo de madrugada su sueño había sido interrumpido, todos menos cierta ojiperla, ella no tenía ganas de dormir ni de volver a casa luego de la fuerte discusión que tuvo con su padre a causa de que insultó a su novio Naruto, eso era algo que no le podía tolerar a nadie. Entonces decidió caminar un poco mientras las personas correspondientes se hacían cargo de recoger los cadáveres —¿No crees que es peligroso que estés sola por aquí?—, cuestionó una voz detrás de ella que no le fue tan fácil reconocer pues no solía convivir mucho con el —Si algo te sucede no le agradaría a Naruto—

Hinata se giró y se encontró con el próximo Hokage —Yo... yo puedo cuidarme, además el peligro ya pasó—, señaló a los cuerpos caídos de los atacantes.

—Es un error confiarte, debes estar alerta siempre—, el hombre caminó dejándola atrás —Voy por un trago, ¿vienes?—

La peliazul lo miró con extrañeza y luego volteo a ver a sus alrededores para cerciorarse que la invitación era para ella, —¿Que?—, "¿Kakashi Sensei me esta invitando a beber a mi? "

Te digo a ti Hinata—

Emmm...no...no yo no tomo, volveré a mi casa mejor, pero gracias—, “Eso fue muy extraño”  pensó cuando se alejó un par de pasos del peliplata, en ese instante un rayo cayó entre ellos, más bien era como una luz que brillaba con brutalidad, por el repentino impacto ella cayó al suelo y el cubrió su rostro —Kakashi Sensei—

¿Estas bien Hinata?—, se acercó para ayudarla a ponerse de pie —¿Vieron eso?—, les preguntó a los que levantaban los cuerpos que ni siquiera se inmutaron por lo ocurrido. Ellos negaron con la cabeza y siguieron con lo suyo.

—Que extraño—

—Hinata, mejor vuelve a tu casa. No es seguro que andes sola a esta hora por aqui—

—Hai—

—Vamos, te acompañaré—, ambos caminaron hasta los aposentos Hyuga, durante el camino estuvieron alerta y trataron de encontrar una explicación para ese extraño fenómeno, pero no llegaron a una conclusión razonable —Bien, ya llegamos, descansa—, despeino un poco sus cabellos azulados y se dispuso a irse pero ella lo detuvo por el brazo —¿Que pasa?—

—Gracias—, Hinata le sonrió y tras una reverencia entró corriendo a casa.

Kakashi se quedó un par de minutos observando la casa — Vaya... Que buena vida tienen los Hyuga, claro sus tontas reglas están demás pero bueno... Ni  hablar—, dijo por lo bajo para ahora si emprender camino.

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