𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 14

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Después  𝒂𝒒𝒖𝒊 𝒆𝒎𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂 𝒕𝒐𝒅𝒐
             
Tras varios días agotadores pero emocionantes, por fin es viernes, y mi
primera semana de universidad está a punto de terminar. Bastante satisfecha con cómo ha
transcurrido ésta, tengo pensado quedarme a ver unas pelis en el cuarto, ya que Smakle seguramente se irá de fiesta y yo podré
estar tranquila. Tener el programa de todas mis clases me facilita las cosas,y puedo adelantar mucho trabajo. tomo mi bolsa y salgo temprano para ir a buscar un café que me aporte una inyección de
energía adicional para recibir el fin de semana.
—Eres Maya , ¿verdad? —dice una voz femenina que tengo detrás en la
cola de la cafetería.
Al voltearme veo a la chica del pelo lacio con mechas  rojas  de la fiesta. Si no recuerdo mal,
Smakle la llamó Riley .
—Sí, así me llamo —respondo, y me volteo de nuevo hacia el mostrador
en un intento de evitar
establecer más conversación.
—¿Vas a venir esta noche a la fiesta? —pregunta. Debe de estar mofándose de mí, de modo que, suspirando, me vuelvo de
nuevo y estoy a punto de
negar con la cabeza cuando añade:
—Deberías. Va a ser genial.
Y se pasa sus pequeños dedos por una enorme hada que tiene tatuada en el
antebrazo. Me quedo parada un instante, pero sacudo la cabeza y contesto:
—Lo siento, tengo planes.
—Vaya. Sé que Josh quería verte. —No puedo evitar reír al oír eso, pero
ella sólo sonríe—.
¿Qué? Justo ayer estuvo hablando de ti.
—Lo dudo mucho... pero, aunque así fuera, tengo novio —le digo, y su
sonrisa se intensifica.
—Qué pena, podríamos haber tenido una doble cita —dice de manera
ambigua, y yo doy gracias
a Dios para mis adentros cuando el camarero me pregunta qué quiero con las prisas, tomo la taza demasiado rápido y un poco de café se derrama por el borde y me
quemo la mano. Maldigo entre dientes y espero que ésta no sea la tónica
general de mi fin de semana.
Riley se despide de mí con la mano y yo sonrío amablemente antes de
marcharme. Sus comentarios
se repiten en mi cabeza. ¿Una doble cita con quién? ¿Con ella y Lucas ?
¿Están saliendo de verdad?
Por muy agradable y atractivo que sea Josh , Farkle es mi novio, y yo jamás haría nada que pudiera hacerle daño. Sé que no hemos hablado mucho esta última semana, pero es
que los dos hemos estado
muy ocupados. Tomo nota mental de llamarlo esta noche para ponernos al día y ver qué tal le está yendo sin mí.
Tras mi incómodo encuentro con la señorita del pelo lacio y mechas rojas , mi día mejora.
Zay y yo habíamos
hecho planes de empezar a quedar en la cafetería antes de las clases que
tenemos en común, de modo que ahí está, apoyado contra la pared de ladrillo. Cuando me acerco, me
recibe con una amplia
sonrisa.
—Hoy tengo que irme a la media hora de empezar la clase. Se me olvidó
decirte que me marcho
en avión a casa para el fin de semana —dice.
Me alegro de que vaya a visitar a su novia, pero detesto la idea de pasarme
la clase de literatura
británica sin él, y con Lucas , si es que aparece. El miércoles no vino,
aunque tampoco es que
estuviera pendiente de si venía o no.
Me volteo hacia él.
—¿Tan pronto? Si acaba de empezar el semestre.
—Es el cumpleaños de Vanessa , y hace meses le prometí que estaría allí —
dice encogiéndose de
hombros.
En clase, Lucas se sienta a mi lado pero no dice nada, ni siquiera cuando,
como me había anunciado, Zay se marcha a los treinta minutos, cosa que de repente
acentúa la presencia de
Lucas en el asiento contiguo.
—El lunes empezaremos con Orgullo y prejuicio de Jane Austen —anuncia
el profesor Cory
final de la clase.
Incapaz de ocultar la emoción, estoy casi segura de que se me ha escapado
un alarido de alegría.
He leído esa novela al menos diez veces, y es una de mis favoritas.
Aunque no me ha dicho absolutamente nada durante toda la clase, Lucas
camina muy cerca de mí. Juro que sabía lo que iba a decirme al ver esa socarrona mirada en sus ojos.
—Deja que lo adivine —dice—: estás perdidamente enamorada del señor
Darcy.
—Todas las mujeres que han leído la novela lo están —contesto sin mirarlo a los ojos.
Llegamos a una intersección y miro en ambas direcciones antes de cruzar
la calle.
—Por supuesto que sí —se ríe, y continúa siguiéndome por la bulliciosa
acera.
—Seguro que eres incapaz de comprender el atractivo del señor Darcy —
replico.
Me viene a la cabeza el recuerdo de la inmensa colección de novelas que
tiene Lucas en su habitación. Es imposible que sean suyas. ¿O no?
—¿Un hombre rudo e insufrible convertido en un héroe romántico? Es
absurdo. Si Elizabeth
tuviese algo de sentido común, lo habría mandado a la mierda desde el principio.
Me echo a reír ante su elección de palabras, pero me cubro la boca y me
detengo. La verdad es que estoy disfrutando de nuestra pequeña discusión, y de su presencia, pero
sólo es cuestión de tiempo —tres minutos, con un poco de suerte— hasta que diga algo
inconveniente. Al levantar la vista veo los hoyuelos de su sonrisa y no puedo evitar admirar lo guapo que es, a pesar de los
Tatuajes y demás.
—¿Estás de acuerdo en que Elizabeth es una estúpida? —Enarca una ceja.
—No, es uno de los personajes más fuertes y más complejos que jamás se hayan escrito —digo en su defensa, usando las palabras de una de mis películas favoritas.
Él se echa a reír de nuevo y yo también. Pero al cabo de unos segundos, al
sorprenderse riéndose
a gusto conmigo, para de repente y sus risas se disipan. Algo destella en
sus ojos.
—Ya nos veremos, Maya Penélope—dice, y a continuación da media vuelta y desaparece en la dirección por la que hemos venido.
«Pero ¿qué le pasa?», me digo. Antes de que pueda siquiera empezar a
analizar su actitud, mi teléfono empieza a sonar. El nombre de Farkle aparece en la pantalla, y me siento extrañamente
culpable al contestar.
—Hola, Maya , iba a responder a tu mensaje, pero he pensado que era mejor
llamar —dice Farkle con la voz entrecortada y algo distante.
—¿Qué haces? Pareces estar ocupado.
—No, voy de camino al asador; he quedado con unos amigos —explica.
—Ah, vale, entonces no te retengo mucho. Menos mal que ya es viernes.
¡Estaba deseando que
llegara el fin de semana!
—¿Vas a ir a otra fiesta? Tu madre aún está decepcionada.
Un momento..., ¿por qué se lo ha contado a mi madre? Me encanta que
tenga tanta confianza con
ella, pero a veces salir con él es como tener a un hermanito pequeño que se
Cuenta  de todo lo que
hago. Detesto pensar así de ese modo, pero es la verdad. En lugar de echárselo en cara, me limito a decirle:
—No, me quedaré en la residencia este fin de semana. Te echo de menos.
—Yo también a ti, Maya . Muchísimo. Llámame luego, ¿vale? Le digo que sí e intercambiamos un «te quiero» antes de colgar.
Al llegar a mi habitación, Smakle se está preparando para otra fiesta, e
imagino que es la que Riley
me ha comentado, en la casa de la fraternidad de Lucas . Entro en la página
de Netflix y echo un
vistazo a las películas.
—Venga, vente —dice Smakle —. Te prometo que no pasaremos allí la
noche esta vez. Vente aunque sea un ratito. ¡Ver películas sola en esta pequeña habitación será un
rollo! —lloriquea, y yo
me echo a reír.
Sigue rogándome mientras se arregla el pelo y se cambia de ropa tres veces
hasta que se decide
por un vestido verde que deja muy poco a la imaginación. He de admitir
que el estridente color
combina muy bien con su intenso pelo negro y mechas rosas . Envidio su seguridad en sí
misma. Yo tengo seguridad en
mí hasta cierto punto, pero soy consciente de que mis caderas y mis pechos
son más grandes que los
de la mayoría de las chicas de mi edad. Tengo tendencia a vestir prendas
que oculten mi prominente
busto, mientras que ella intenta captar toda la atracción posible hacia el
suyo.
—Ya... —digo para contentarla.
Pero entonces, la pantalla de mi portátil se queda en negro de repente. Le
doy al botón de
encendido y espero... y espero. Nada, la pantalla sigue en negro.
—¡¿Lo ves?! Eso es una señal de que tienes que venir. Mi portátil está en
el apartamento de Charlie,
así que no puedo prestártelo. —Sonríe con malicia y se atusa el pelo de
nuevo. Al mirarla, me doy cuenta de que en realidad no me apetece quedarme en
el cuarto sola sin nada que ver ni hacer.
—Vale —digo, y mi compañera empieza a brincar y a dar palmas de
alegría—. Pero nos iremos
antes de la medianoche.

Después versión  lucaya  (el mundo de Riley )Where stories live. Discover now